por
Roger Smalling, D.Min
El libro de texto que corresponde a
este curso es
Avivamiento
personal
LECCIîN UNO- Suba el volumen
C—mo
o’r de Dios por un culto personal
LECCIîN DOS - ÁAy! Perd—nÉ
Usar sin abusar de la
Biblia
lecci—n
TRES- La llave en la puerta
La oraci—n
lecci—n CUATRO- El
verdadero norte
La gu’a divina
LECCIîN CINCO- La fe razonable
Creciendo en la fe
Lecci—n SEIS- ŔQuiŽn
mismo soy yo?
Identidad en Cristo
lecci—n
SIETE- Arrepentimiento cristiano
Cambio
de mente
Avivamiento personal es un curso de vida devocional dise–ado para ayudar a cristianos
nuevos o inmaduros a que mejoren su comuni—n con Cristo, sean guiados por Dios,
aumente n su fe y crean en lo que la Escritura dice que son.
En la pr‡ctica, este curso ayuda a
los creyentes en su auto-disciplina en los dos primeros Çmedios de graciaČ, que
son la Palabra y la oraci—n. TambiŽn les ayuda a comprender algo de la din‡mica
relacionada con experiencias subjetivas que tienen los cristianos con del Esp’ritu Santo.
La meta del maestro es que los
estudiantes aprendan como o’r de Dios personalmente, sean guiados por Žl y crezcan en la fe por medio de estas
disciplinas.
El curso en su totalidad se basa en
la presuposici—n de que Dios habla subjetiva y personalmente hoy por medio del
Esp’ritu Santo a travŽs de sus medios de gracia.
Los cristianos tienen experiencias
subjetivas del Esp’ritu Santo. Somos guiados por el Esp’ritu[1] y tenemos Çel testimonio del Esp’rituČ[2]. La naturaleza interna de estos dos enunciados los hace dif’cil de
describir.
El maestro intentar‡ concretarlos
para que los estudiantes aprendan a escuchar a Dios de forma personal por los
medios de gracia, sean guiados por Dios y que crezcan en fe. Este curso
presupone que los creyentes —en Žsta dispensaci—n— pueden o’r
personalmente y subjetivamente de Dios por medio de la Palabra, la oraci—n y la
comuni—n fraternal, sin caer en el misticismo o la revelaci—n extrab’blica.
Los maestros reformados rechazan, y
es correcto hacerlo, la revelaci—n extra-b’blica practicada por varios grupos.
Esto puede causar una reacci—n negativa a la idea de experiencias subjetivas
espirituales. Sin embargo, la Biblia deja claro que los cristianos deben
esperar experiencias iniciadas por el Esp’ritu por medio de las cuales hallar
comuni—n con Dios. Si se establecen ciertos par‡metros b’blicos, los creyentes
pueden gozar caminando con el Esp’ritu sin los peligros de supuestas
revelaciones extra-b’blicas y los errores que Žstas causan.
Algunos maestros tienden a fijarse
m‡s en la sana doctrina que en nuestra relaci—n personal con Cristo. La
doctrina no es Dios. Otros ponen a la iglesia como su medio principal de
nutrici—n espiritual a la vez que carecen de disciplina personal en la lectura
de la Biblia y la oraci—n. La iglesia no es Dios, tampoco. Nuestra comuni—n es con Dios Padre y su hijo,
Jesucristo, y Žsta es mayormente subjetiva.
Una meta clave del curso es ayudar
a que los cristianos aprecien su identidad en Cristo como santos, aunque con
restos de corrupci—n. m‡s que como pecadores totalmente depravados.
La meta del maestro es llevar al
estudiante a una comuni—n vibrante con el Se–or, sin misticismo, legalismo o
tropiezos similares, pero s’ con una confianza renovada en su caminar con Dios.
LECCIîN UNO- Suba el volumen
C—mo o’r de Dios por un culto
personal
Meta: Al finalizar esta lecci—n, el estudiante comprender‡ las metas y
objetivos del curso. El maestro puede utilizar el material de la Introducci—n
para maestros. El estudiante tambiŽn habr‡ captado la importancia y din‡mica de
un culto personal con el fin de aplicar el principal medio de gracia, la
Palabra de Dios.
Procedimiento: El maestro explicar‡ el prop—sito del curso, mostrando entusiasmo en
el aprendizaje de c—mo escuchar a Dios personalmente. Les explicar‡ en sus
propias palabras el material introductorio. En seguida pasar‡ el bosquejo para
el estudiante y contestar‡ cualquier pregunta antes de comenzar el estudio.
Apuntes del maestro: Primera lecci—n
El culto personal es un periodo de
tiempo matinal dedicado a la comuni—n con Dios por medio de su Palabra y la
oraci—n.
Dar ejemplos de c—mo varios hombres
de Dios a travŽs de la historia han tenido el h‡bito de un culto personal.
(Salmos 5:3; 63:2; 88:13; Daniel 6:10; Marcos 1:35)
Me gusta usar los siguientes textos que demuestran c—mo el Esp’ritu habla a
los creyentes. El maestro puede repartir estos textos, ya sea en hojas
separadas, o solamente dando la referencia de algunos como parte introductoria
de la clase.
Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Juan 10:27
Porque todos los que son guiados por el Esp’ritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no recibieron un esp’ritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Esp’ritu que los adopta como hijos y les permite clamar: Ň!Abba! ÁPadre!Ó 16 El Esp’ritu mismo le asegura a nuestro esp’ritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:14-16
Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho m‡s, precisamente porque es el testimonio de Dios, que Žl ha dado acerca de su Hijo. 1Juan 5:9
El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. 1Juan 5: 10
Esto se asemeja a X, por lo tanto,
Y. Dios ha creado nuestras mentes de manera que pensemos por medio de la
comparaci—n de una cosa con otra. Por eso, nos ha dado las historias en la Biblia. El Esp’ritu nos gu’a a principios b’blicos y nos muestra la relaci—n que
existe entre el principio y nosotros mismos. Nosotros establecemos la conexi—n.
Escuchar de Dios es cuando el Esp’ritu
hace una comparaci—n entre lo que leemos en la Palabra y nuestras propias
circunstancias o personas. Esto es una analog’a. Es algo subjetivo, que implica
a la totalidad de la persona, sin llevar al misticismo pues Dios no sobrepasa
nuestro intelecto.
La śnica manera es fij‡ndonos en
Cristo. Este proceso es la santificaci—n. M‡s adelante trataremos sobre formas
falsas con que la gente intenta superarse, tales como el legalismo o la
bśsqueda de experiencias extraordinarias. Un texto que nos ense–a a fijarnos solamente
en Cristo es Hebreos 12:2 Fijemos la
mirada en Jesśs, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe.
Explicar que Dios nos ha dado
medios de gracia pr‡cticos para mirar a Jesśs: la Palabra, la oraci—n y el
compa–erismo cristiano (comuni—n fraternal).
Durante el curso, instruimos a los
estudiantes que deben tener su culto personal en la ma–ana, y principalmente con el Nuevo Testamento.
No deben usar comentarios o apuntes
de estudio. El prop—sito no es hacer un estudio b’blico, sino escuchar la voz
de Dios.
El maestro puede usar algunos de
los vers’culos siguientes para mostrar c—mo varios siervos de Dios a travŽs de
los tiempos, han tenido este h‡bito. (Salmos 5:5; 63:1; 88:13; Daniel 6:10;
Marcos 1:35) Los puntos en comśn son: lo hicieron en la ma–ana y era un h‡bito
de vida.
Explicar los elementos b‡sicos del
culto personal: oraci—n, alabanza, confesi—n y lectura de la Palabra. El orden
puede variar de acuerdo con las preferencias de cada uno.
Requerimos que los estudiantes
tengan un cuaderno. Cada d’a, escribir‡n la fecha, el texto de la Escritura por
el cual han sentido que Dios les ha hablado ese d’a y su aplicaci—n personal.
Mencionar a los estudiantes que en la pr—xima clase, se pedir‡ que algunos
voluntarios compartan con la clase algo que escucharon de Dios durante la
semana.
Usar
pero sin abusar de la Biblia
Meta: Al finalizar la lecci—n, el
estudiante reconocer‡ la diferencia entre los principios aplicables de la
escrituras versus la lectura del texto gui‡ndose por sus propios deseos.
Materiales: La din‡mica ÇLa manera correcta versus la incorrectaČ
á
Repaso de la primera lecci—n,
explicando que el prop—sito del tiempo en quietud es escuchar de Dios, mas no
principalmente una auto-instrucci—n sobre ideas religiosas.
á
Pedir a dos voluntarios que
compartan con los dem‡s sobre lo que Dios les ha dicho durante la semana.
á
Explicar sobe el peligro de
meter en la lectura del texto algo que no est‡ all’, basados en nuestros
propios deseos para evitarlo, seguimos ciertas reglas dadas en la lecci—n.
Entregar la din‡mica: ÇLa manera
correcta y la incorrectaČ. En este punto, se puede dividir a los estudiantes en
grupos de dos o tres.
Apuntes del maestro: Segunda lecci—n
1.
Explicar la diferencia entre la revelaci—n extrab’blica y la
inspiraci—n intrab’blica.
a. El punto principal: No debemos
a–adir mentalmente o atribuir significados al texto nada que no haya sido
puesto all’ por el escritor.
b. Hacer esto es abusar de la
Palabra de Dios.
2.
Es un abuso de la Escritura cuandoÉ
a. Damos al texto un significado
diferente al sentido llano del escritor.
b. Obligamos a que otros acepten nuestra
aplicaci—n del texto a su propia situaci—n, como si el principio fuera igual a
la ley.
c. Usamos una aplicaci—n personal
como justificativo de una doctrina.
3.
Es leg’timoÉ
a. Aplicar el principio piadoso del
texto, incluso las narraciones hist—ricas, tal como lo propone el escritor.
b. Aplicar una promesa a uno mismo
si es consistente con el contexto y el sentido comśn.
4.
En este punto, hacer la din‡mica de Uso o abuso de las escrituras
1. Un joven que se encuentra en su
entrenamiento misionero, est‡ buscando la voluntad de Dios sobre a d—nde ir
encontr— el nombre Barzilai en
2Samuel 17:27. Debido a la similitud entre este nombre y la palabra Brasil, decide que Žsta es la evidencia
del llamado de Dios a dicho pa’s.
Uso ___________ Abuso
_________
Razones:
__________________________________________________
2. Un joven que estaba leyendo la
Palabra, buscando direcci—n en cuanto a un posible matrimonio, encuentra la
historia de Jesśs al sanar a la suegra de pedro. De esto, concluye que debe
casarse.
Uso _________ Abuso_____________
Razones:
__________________________________________________
3. Una dama se quejaba
continuamente del liderazgo de la iglesia. Mientras le’a Santiago Cap. 3,
encontr— la parte que dice La lengua es
un fuego, un mundo de iniquidad; entonces, saca la conclusi—n de que Dios
le estaba hablando acerca del mal uso que daba a su lengua.
Uso ______________ Abuso
______________
Razones:
__________________________________________________
4. Un misionero estaba orando y
ayunando acerca de evangelizar en una provincia cercana donde no exist’a
iglesia alguna. Fue golpeado por el enunciado del Ap—stol Pablo en 2Corintios
10:16 É predicar el evangelio en las
regiones de m‡s all‡. De esto, comenz— a considerar que Dios lo estaba
guiando a evangelizar en esa provincia.
Uso_____________ Abuso_________________
Razones: _____________________________________________
Meta: Ayudar a los creyentes a
aprender la oraci—n b’blica; a QuiŽn oramos, bajo quŽ autoridad, con quŽ
prop—sito.
Materiales: Anotaciones de los alumnos
Procedimiento: Esta lecci—n tiene m‡s de estudio b’blico que la anterior. El maestro
debe cubrir los aspectos b‡sicos de la oraci—n, sin ir demasiado profundo en el
tema. La idea es lograr que la practiquen, m‡s que entenderla en toda su
profundidad.
No olvidarse que antes de cada
lecci—n, uno o dos voluntarios compartir‡n lo que Dios les ha dado de su Palabra,
durante la semana. Esto ayuda a que el maestro compruebe si se est‡n aplicando
las disciplinas espirituales.
Apuntes del maestro: Tercera lecci—n
1. Por quŽ oramos
a. Es el medio primario de comuni—n
con Dios
b. ÁFunciona! ÇLa oraci—n da
resultados; aprenderlo bien, porque habr‡ examenČ.
c. Filipenses 4:8 — nos ayuda
a evitar la preocupaci—n y el negativismo
d. Es una ayuda contra la tentaci—n
— oren que no caigan en tentaci—n
2. Por quŽ nos falta disciplina
para orar
a. Nos sentimos inseguros.
b. As’ mismo, en nuestra debilidad el Esp’ritu acude a ayudarnos. No
sabemos quŽ pedir, pero el Esp’ritu mismo intercede por nosotros con gemidos
que no pueden expresarse con palabras. Romanos
8:26
3. No existen expertos en lo de
orar. El Esp’ritu es nuestro intŽrprete, as’ que lo hacemos de todas maneras.
a. Igualmente se necesita
disciplina, como con la lectura de la Biblia
b. Muy raramente parece que
funciona de manera inmediata
c. Lucas 18, par‡bola del juez
injusto
d. Mateo 7:7 — pide, busca, llama
e. ÇDios es latinoČ (Es un dicho
favorito de los misioneros en LatinoamŽrica. Sentimos a veces que Dios llega
m‡s tarde de lo que esperamos, a veces al śltimo momento).
Explicar aqu’ que oramos al Padre
en el nombre de Jesśs. Leer textos Juan 16: 23-28 y Mateo 6:9 — El Padre
nuestro empieza con Padre nuestro É
No, ÇQuerido Se–or JesśsČ.
Aclarar que no est‡ mal orar
directamente a Jesśs cuando pedimos cosas. Sin embargo, Jesśs mismo nos
instruy— que al orar debemos invocar al Padre. Jesśs vino para traernos al
Padre. (1Pedro 3:18) Nuestra comuni—n con Dios es primero con el Padre. (1Juan
1:4) Muchos cristianos invocan a Jesśs y luego terminan su oraci—n Çen el
nombre de JesśsČ. Esto tiene poco sentido.
La adoraci—n es un tema diferente.
Rendimos culto a cada miembro de la Trinidad separada y colectivamente.
Culto
a Dios (como entidad). Mateo 4:10
Culto al Padre — Juan 4: 21
Culto a Jesśs — Mateo 28:9
El maestro debe evaluar el nivel
espiritual de sus alumnos y cu‡nto tiempo deben dedicar a esto. Entre
ex-cat—licos este punto es vital y toma bastante tiempo. Para algunos
estudiantes esto puede ser ya materia vieja, se puede no m‡s revisarla.
á
La oraci—n es impropia sin el nombre de Jesśs Juan 16: 23-28
á
La oraci—n debe ser basada en la autoridad de Jesśs no en nuestro
grado de obediencia.. Tratar aqu’ sobre los rastros de legalismo que moran
dentro de todos nosotros, que tendemos a querer obtener algo porque hemos sido
buenos. Hebreos 4:16 Nuestra osad’a de dirigirnos al Padre se basa en el status
del
Sumo Sacerdocio de Cristo, no en nuestro grado de obediencia.
á
Dios requiere absoluta perfecci—n. Por lo tanto, necesitamos un
mediador perfecto. 1Timoteo 2:5 ;
Hebreos 4:16 ; Juan 14:6
á
Los intereses de Dios van antes que los nuestros. Mateo 6:33. Oramos
por lo que Žl quiere.
á
Tratar aqu’ de la cuesti—n de motivos y prioridades. Santiago 4:3
Meta: Ayudar a comprender la gu’a
divina. Al finalizar la lecci—n el estudiante debe entender:
1. La gu’a divina es el producto de
la comuni—n personal con Dios, comuni—n que es posible por los medios de
gracia, empezando con un culto personal.
2. La gu’a est‡ asociada con
nuestra comprensi—n de la sabidur’a divina y por tanto, no sobrepasa el
intelecto.
3. La gu’a implica la evidencia.
Materiales: Apuntes del estudiante; Art’culo
del Dr. Smalling sobre la gu’a. Se lo consigue en la siguiente direcci—n
electr—nica:
http://smallings.com/spanish/Ensayos/ComoSerGuiado.htm
Procedimiento: Aun cuando el la lectura del articulo cubre el mismo material las
explicaciones del maestro son esenciales en la clase. Es, por tanto, un
suplemento.
Apuntes del maestro: Cuarta lecci—n
Lo que sigue es como yo procedo. El
maestro queda libre para adaptar y hacer los ajustes necesarios a su gusto.
Me gusta empezar con Efesios 5:17
para demostrar que la gu’a divina en la presente dispensaci—n tiene que ver con
ser entendidos y insensatos. Estos son los cimientos para nosotros hoy en d’a, mas
no revelaciones de tipo m’stico. Aunque no excluimos a las experiencias
espirituales especiales, como medios de gu’a divina, no son la forma en que
Dios obra ordinariamente.
Explicar por quŽ se dan gu’as por
medio de profetas, por sue–os o visiones como una norma?
Respuesta: AquŽllos fueron el
est‡ndar en la dispensaci—n del Antiguo Testamento, (Hebreos 1:1-2). Hoy en d’a, todo el pueblo de
Dios tiene el Esp’ritu y se nos requiere aprender sabidur’a, para nosotros
mismos y para ministrar a los dem‡s. Aun cuando ocurran sue–os y visiones, ya
no son la norma del presente.
Ahora, se sigue con Santiago 3:17
para mostrar las caracter’sticas de la sabidur’a divina. Para mantenerlo
sencillo, yo empleo las dos primeras: pureza y paz.
A lo largo de la vida, varias veces
nos vemos confrontados con una decisi—n importante y debemos escoger entre dos
posibilidades. ŔC—mo saber cu‡l de las opciones viene de Dios? Aqu’ hay un
indicio: La que no viene de Dios
generalmente tendr‡ un elemento de duplicidad. Satan‡s puede duplicar casi
todas las caracter’sticas de Santiago 3:17, excepto la pureza.
La palabra: Lo que Dios nos dice en nuestro culto personal.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ense–‡ndoos y exhort‡ndoos unos a otros en toda sabidur’a, cantando con gracia en vuestros corazones al Se–or con salmos e himnos y c‡nticos espirituales. Colosenses 3:16
La oraci—n: Un gran indicador son las respuestas a la oraci—n.
Por nada estŽis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oraci—n y ruego, con acci—n de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardar‡ vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesśs. Filipenses 4:6,7
Consejos pastorales: Normalmente un buen pastor sabr‡ si est‡ para caer en una trampa.
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos
a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta;
para que lo hagan con alegr’a, y no quej‡ndose, porque esto no os es
provechoso. Hebreos 13:17
Luego de esto, proceda con las Çse–ales del caminoČ abajo. Puede usar
varias ilustraciones para mostrar la necesidad de m‡s de una Çse–alČ. A m’ me
agrada usar la idea de la triangulaci—n con la cual se hace la navegaci—n. La
noci—n b’blica de dos o tres testigos tambiŽn funciona. Invente su propia
ilustraci—n, si as’ lo prefiere.
Las se–ales del
camino (otra manera de explicarlo)
á
Referirse al art’culo del Dr.
Smalling sobre gu’a divina para una explicaci—n de Žstos.
á
Se–al 1: Gu’as personales de la
escritura
á
Se–al 2: Paz interior
Colosenses 3:15
á
Se–al 3: Consejos de los
l’deres Hebreos 3:17
á Se–al 4: Puertas que se abren (oportunidades)
LECCIîN
CINCO: La fe razonable
Meta: Algunos estudiantes tienen
concepciones err—neas sobre la fe. Hay unos que piensan que es una experiencia
m’stica que no puede ser controlada. Otros confunden la fe con esperanza o
pasividad.
La meta del maestro es corregir
estas falsas concepciones. Debe poder definir a la fe como la confianza
sencilla en Dios, quien cumple con sus promesas. Asimismo, el maestro
establecer‡ el v’nculo existente entre o’r de Dios por medio de un culto
personal y el crecimiento en la fe.
Materiales: El art’culo del Dr. Smalling:
Como crecer en tu fe en el sitio de Internet,
Apuntes del maestro: Quinta lecci—n
Generalmente resulta muy
interesante dar un peque–o examen de diagn—stico al principio de la lecci—n,
solo para captar la atenci—n. Todas las respuestas son negativas. A
continuaci—n las preguntas de Verdadero-Falso:
1. _____ La fe por s’ y en s’ es
una virtud importante que merece gran recompensa
2. _____ Tener fe es creer algo sin
evidencias
3. _____ La fe es la base de
nuestra salvaci—n, la raz—n por la cual Dios nos acepta
4. _____ La fe es una fuerza
espiritual que nosotros manipulamos para obtener lo que deseamos
5. _____ La fe es una experiencia
espiritual que nos ayuda a sentirnos mejor acerca de nosotros mismos
La mejor definici—n de la fe
b’blica, en mi opini—n, est‡ en Romanos 4:21:
plenamente
convencido de que Dios ten’a poder para cumplir lo prometido
Esto muestra que la fe es una
fuerte convicci—n, plenamente convencido,
de algo que Dios puede hacer, para
cumplir lo que hab’a prometido.
En este punto, como maestro, usted
debe ponerlo de la manera m‡s enf‡ticamente clara, que la fe no es fe si no
est‡ asociada a una promesa de Dios. Con la promesa de Dios, tenemos fe, no una
mera esperanza. Las promesas de Dios vuelven fe a la esperanza.
Pablo usa el ejemplo de Abraham,
quien deseaba tener un hijo. Pero cuando lleg— la promesa, Žl ten’a una s—lida
base en donde pararse.
ŔC—mo podemos obtener que las
promesas de Dios se apliquen personalmente a nosotros? Por medio de la Palabra
y nuestro culto personal. Esto es lo que transforma la mera esperanza en fe.
Aqu’ se se–ala el v’nculo entre su
culto personal y el crecimiento en la fe.
A menudo, se usa la palabra fe de manera equivocada. Aqu’ se debe
mostrar c—mo una definici—n errada puede llevar al creyente a la confusi—n.
La fe b’blica no significa Çcreer
en algo sin evidencia o contrario a la evidenciaČ[3]. Esta es una definici—n mundana, normalmente asumida como correcta
por los cristianos. Explicar que Žsta no es la definici—n judeo-cristiana. En
Romanos Uno, Pablo nos explica cual es la evidencia clara de la existencia de
Dios y de sus atributos. En Romanos Cuatro se pasa a darnos evidencia en quŽ
basarnos, las promesas de Dios.
La raz—n entra en juego aqu’, al
evaluar el poder de Dios en la creaci—n y deducci—n de lo obvio. Si Dios puede
crear el universo, seguro que puede cumplir sus promesas.
La informaci—n se refiere a los
datos que ya tenemos acerca de la capacidad y el car‡cter de Dios. La raz—n nos
muestra la correlaci—n entre la informaci—n y nuestras vidas en relaci—n a sus
promesas. Confianza significa que en algśn punto debemos decidir basarnos en la
promesa, sin mirar las circunstancias. (Para mayor explicaci—n de esto, se
puede referir al Cap’tulo Seis de mi libro, Felizmente
Justificados, en la p‡gina web).
Algunos piensan que llevar a cabo
planes sin preparaci—n suficiente es un acto de fe. Pero no lo es. Esta forma
de pensar sale de una concepci—n dual’stica del mundo, que pone a la fe en una
categor’a no-racional m‡s elevada. Un buen texto que contradice esto lo
encontramos en Lucas 22:35-36, cuando Jesśs envi— a sus disc’pulos sin nada. A
su regreso, el estableci— un nuevo modus
operandi. ÇAhora, en cambioÉČ
Un
buen texto para esto lo encontramos en Santiago Dos
Los evangelistas de televisi—n o
predicadores de ciertos grupos pueden mostrar una audaz confianza o gran
encanto personal. Los reciŽn conversos pueden ser enga–ados y pensar que esto
es la fe, cuando no sea nada m‡s que una cierta personalidad.
Se pueden a–adir otros elementos
que considere apropiados, dependiendo de las necesidades de los alumnos.
Resumiendo: La fe es la dependencia en que Dios cumple con sus promesas. ŔC—mo
obtener sus promesas? De su Palabra.
LECCIîN
SEIS- ŔQuiŽn Mismo Soy Yo?
Meta:
En esta lecci—n, el maestro ense–ar‡ a los
alumnos sobre su estatus ante Dios como santo con remanente de pecado, mas no
el de un pecador con un cierto grado de gracia. Esto conlleva mayor denuedo en
la oraci—n y el evangelismo.
Materiales:
La primera mitad de Efesios
Procedimiento: Esta es una lecci—n extensa que tomar‡ al menos dos clases o tal vez hasta
tres. Su importancia lo justifica.
Los cristianos pueden tener un concepto
negativo de si mismos, ya que nuestra conciencia se ha despertado y estamos m‡s
alertas sobre nuestras faltas y la seriedad del pecado. Percibimos los
remanentes de nuestra corrupci—n m‡s claramente que los
beneficios que tenemos en Cristo.
El mundo a nuestro alrededor se
considera normal y no lo es. La śnica gente normal en la tierra son los
cristianos. Aun as’, el mundo tratar‡ de hacernos sentir que nosotros somos los
anormales. Somos los tuertos en la tierra de ciegos.
Ciertas influencias religiosas
pueden exacerbar esta tendencia. A los conversos del catolicismo les puede
resultar muy dif’cil aceptar que son santos a los ojos de Dios.
Las iglesias reformadas a menudo
hacen un Žnfasis desequilibrado en nuestra pecaminosidad, ignorando nuestro
estatus positivo ante Dios. Esto puede ser un producto de su rechazo a la falsa
piadosita cat—lica ŔC—mo mostrar esto?
á
Usar Efesios 1 a 3 para mostrar nuestro nuevo estatus en Cristo
á
Mostrar c—mo el pecado no identifica a los cristianos como pecadores
Apuntes del maestro: Sexta Lecci—n
Igual que el pecado no nos condena,
tampoco nos define como pecadores. As’ mismo, una moralidad excelente no nos
define como santos en vista de que la justicia en la que nos basamos no es
nuestra propia. Es de Cristo.
Una manera efectiva de explicar
esto, es usando los tres primeros cap’tulos de Efesios y elaborando una lista
de lo que somos y lo que tenemos en Cristo. Hay alrededor de veinte de estos
puntos. Haga que los estudiantes los busquen como un ejercicio, en el primer
cap’tulo hay unos diez.
H‡gales a los alumnos algunas
preguntas ret—ricas: ŔEres santo con remanentes de corrupci—n o pecador con
remanentes de gracia? ŔTe sientes santo? Claro que no. Se sienten pecadores.
Notamos que la primera mitad de
Efesios es todo positivo, al constar all’ las maravillas que tenemos y que
somos en Cristo. La segunda parte empieza con una exhortaci—n a vivir acorde
con tal estatus. Efesios 4:1 dice, Les
ruego que vivan de una manera digna al llamamiento que han recibido y luego
siguen algunas exhortaciones. Nos arrepentimos porque no vivimos de acuerdo con
nuestro alto estatus.
En grupos peque–os los estudiantes
han de leer los tres primeros cap’tulos de Efesios, recolectando cuidadosamente
en estos cap’tulos todo lo que Pablo dice que somos y tenemos en Cristo. Luego
que compartan con los dem‡s. An’meles a hacer su propia lista y pegarla a su
Biblia. No les diga que usted tiene una lista ya hecha, si ellos quieren hacer
cada uno la suya. D’gaselo al final de la clase.
El Nuevo Testamento pone en claro
que Dios nos acepta en base de nuestra uni—n con Cristo, no por una excelente
moralidad. En Cristo ocurre 93 veces
en el Nuevo Testamento. sin profundizar demasiado, Romanos 8:1 es suficiente
muestra de esto.
Los nuevos creyentes piensan que
son aceptados por Dios porque han sido perdonados. Esto no es tan as’. Nuestra
uni—n con Cristo, y su justicia imputada a nuestra cuenta, es la base de
nuestra aceptaci—n.
Para describir este estatus, los
ap—stoles usaron una variedad de met‡foras. Usted puede seleccionar cualquiera
de ellas, segśn las necesidades del grupo y tambiŽn las limitaciones del
tiempo.
Los ap—stoles Juan y Pablo usan
este met‡fora para describir nuestra nueva identidad en Cristo.
Ésino que ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. 1Juan 3:14
Émuertos
en transgresiones y pecadosÉnos dio vida con Cristo. Efesios 2:1-5
É de la herencia de los santos en el reino de la luz. Col 1:12
Éque ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su
Padre. Apoc 1:6
Épara
que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz. Hechos 26:18
Érespondi— Jesśs: Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. 34 Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia, el hijo s’ se queda en ella para siempre. Juan 8:34,35
Ustedes ya son hijos, Dios ha enviado a nuestros corazones el Esp’ritu de su Hijo que clama ÔAbba, PadreŐ, as’ que ya no eres esclavo, sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho tambiŽn heredero. Gal 4:6
Efesios 2:1-3
Hechos 26:18
El paralelo de Ad‡n-Cristo. No somos ya considerados los descendientes de Ad‡n, sino de Cristo. Romanos 5:12-19
Si hemos estado unidos con Žl en su muerte, sin duda tambiŽn estaremos unidos con Žl en su resurrecci—n. Romanos 6:5
Efesios 1:1 y Romanos 8:1
Ense–ar que el pecar no define al
cristiano como pecador, as’ como no nos condena. Pablo se refiere a los efesios
como santos y fieles y luego los exhorta a dejar de hacer ciertas cosas malas.
Nota: No es incorrecto llamarnos
pecadores al admitir simple y llanamente nuestro remanente de corrupci—n en
esta vida. Lo que no es b’blico es tomar ese remanente de corrupci—n como
nuestra identidad ante Dios. Solo en dos vers’culos del Nuevo Testamento parece
que se aplica el tŽrmino pecador al
cristiano: Santiago 4:8 y 1Timoteo
1:15.
Usar
esta tabla si desea.
Separado
de Dios |
Familia
de Dios |
Muerto |
Vivo |
Reino de
las tinieblas |
Reino de
la luz |
Esp’ritu
de Satan‡s |
Esp’ritu
de Cristo |
Pueblo
no de Dios |
Pueblo
de Dios |
Sin
santificar |
Santificado |
Enemigo
de Dios |
Amigo de
Dios |
Pecadores |
Santos |
|
|
Se puede asignar la lista de En Cristo yo soyÉ. como tarea para
pegarla a la Biblia si as’ lo desea o, pueden crear su propia lista en casa.
Con clases formales, yo pongo como
requisito que se recite esta lista una vez por d’a de clase. As’ pueden ganar 3
puntos por d’a, uno por leer la Biblia, otro por su cuaderno de vida y otro por
recitar su lista.
El prop—sito de recitar la lista es
debido a que toma varias semanas el que la gente comience a creer en ella.
Material
para entregar a alumnos, sexta lecci—n
En Cristo, soy/estoy
Un creyente santo y fiel
Bendecido
con toda bendici—n espiritual
Escogido en Cristo
Santo y sin mancha
Amado por Dios
Predestinado a ser hijo
Adoptado por Dios
La alabanza de su gloria
Un trofeo de su gracia
Redimido por su sangre
Perdonado
Part’cipe de las riquezas de su
gracia
Heredero de Dios
Sellado por el Esp’ritu
Salvo por gracia
Creado para buenas obras
Heredero del Pacto
Vivo en Cristo
Compatriota de los santos del cielo
Parte de la familia de Dios
Morada de Dios
Aceptado en el trono de Dios
Sellado en redenci—n
Hijo de luz
Meta: Ense–ar a los nuevos
creyentes c—mo vivir una vida de arrepentimiento b’blicamente, sin caer en la
introspecci—n enfermiza, el legalismo o la piadosita.
Materiales: El capitulo diez del libro Felizmente
justificados por Smalling, titulado, Deje de llamarse pecador, contiene
śtiles elementos para esta lecci—n tambiŽn, si desea hacer uso de Žl. Adem‡s
puede usar el material al final de esta lecci—n titulado Acerca del arrepentimiento, Žste puede ser entregado. O puede
seleccionar unos cuantos aspectos y discutirlos en clase. Textos sugeridos:
1Juan 1:5-9; Hebreos 4:16
Proceso did‡ctico: B‡sese en la lecci—n previa, usando Efesios 4:1, mostrando que los
cristianos deben arrepentirse tambiŽn. No para ganar la salvaci—n, sino por no
vivir consistentemente con ella.
Apuntes del maestro: SŽptima lecci—n
á
Porque no vivimos a la
altura de nuestro estatus legal en Cristo, como se explicara en la lecci—n
anterior. Ense–ar que Dios ya no es nuestro juez, sino nuestro Padre. Sin
embargo, es un Padre santo y nos
disciplina. Hebreos 12:7-11
á
Porque hemos quebrantado la
ley de Dios, aunque ella no nos puede condenar.
á
Arrepentimiento significa cambio de mente. Hacemos siempre lo que
consideramos de nuestro mayor beneficio personal. Cambiamos de mente acerca de
creer que el pecado es la mejor forma de alcanzar lo que necesitamos. (Ejemplo:
El hijo pr—digo)
á
Durante nuestro culto
personal, el Esp’ritu Santo nos puede hacer notar algo de lo cual necesitamos
arrepentirnos.
á
El Esp’ritu Santo nos puede
hablar a travŽs de un serm—n, una exhortaci—n de un amigo o directamente
hablando a nuestra conciencia.
á
Sentir dolor. El dolor puede
existir sin arrepentimiento.
á
No es decir Çlo sientoČ.
Podemos y debemos decirlo, pero esto tampoco es arrepentirse. El arrepentirse
es cambiar nuestra mente y conducta para resolver hacer las cosas a la manera
de Dios.
Ver el material Acerca del arrepentimiento. Apenas
echamos la culpa a cualquier otro aspecto distinto a nuestra propia corrupci—n,
probamos no estar arrepentidos. GŽnesis 3 lo deja claro. Somos expertos en
echar la culpa y toma tiempo salir de ese tipo de actitud.
Poco se encuentra en el Nuevo
Testamento acerca de cristianos que se estŽn arrepintiendo. Este no es el
enfoque principal para el cristiano b’blico. Se podr’a pensar que deber’a
serlo, dado lo mucho que pecamos. Sin embargo, tal como el pecado no nos define
como pecadores, igualmente el arrepentimiento no es el enfoque principal del
cristiano.
Nuestro enfoque es la libertad. Cristo nos libert— para que vivamos en
libertad. G‡latas 5:1
ŔLibertad de quŽ? De la condenaci—n
en todo sentido. ŔLibres para hacer quŽ? Para acercarnos a Dios con confianza, hacia un padre, no hacia
un juez.
No se trata de trivializar la
seriedad de nuestro remanente de corrupci—n, sino m‡s bien de exaltar la gracia
de Dios a travŽs de la obra concluida por Cristo en la cruz.
ŔEs un error contemplar nuestro
remanente de corrupci—n? Depende de cu‡n a menudo lo hagamos. Dios provee
siempre un tiempo y un lugar para hacerlo con alguna frecuencia. Es la Santa
Cena, a la que Pablo llama memorial.
Pero no es algo que hagamos todos los d’as.
Una buena ilustraci—n: Al manejar
un veh’culo vemos el camino por el parabrisas. De vez en cuando miramos el
retrovisor para ver por d—nde hemos pasado. Si nos enfocamos principalmente en
el espejo retrovisor, corremos el riesgo de un accidente.
Cuando los pecadores no regenerados
vienen a Cristo, lo hacen como quebrantadores de la ley ante un juez, pidiendo
misericordia. DespuŽs de ser salvos, venimos como un hijo que tiene un problema
viene a su padre.
Hemos o’do a gente que ense–a
Çsiempre debemos regresar a la cruzČ. Esto confunde mucho. ŔPor quŽ ir de
regreso a una obra ya completa cumplida?
No, no regresamos a la cruz.
Miramos hacia atr‡s para ver la raz—n por la que podemos caminar confiadamente
al trono de gracia del Padre.
As’ que acerquŽmonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que m‡s la necesitamos. Hebreos 4:16
El Esp’ritu Santo es quien aplica
la obra de la cruz en nosotros. El hace esto de manera continua y autom‡tica.
Si fuera de otro modo, a nosotros no nos quedar’a tiempo para entrar en
comuni—n con Dios. Pasar’amos todo el tiempo arrepintiŽndonos.
Pero si vivimos en la luz, as’ como Žl est‡ en la luz,, tenemos comuni—n unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. 1Juan 1:7
Un amigo ha dicho: ÇSi no est‡s
experimentando gozo y libertad, debes hablar con el Padre, porque tienes un
problemaČ[4].