Lecci—n dos: Como escribir un plan de lecci—n
Ejemplo de un plan de lecci—n
Lecci—n tres: MŽtodos interactivos
Lecci—n cuatro: QuŽ ense–o en la Escuela Dominical
Lecci—n cinco: Ense–ando las doctrinas de la gracia
Lecci—n seis: Ense–ando apologŽtica b’blica
Ejemplo: ApologŽtica para ni–os
Lecci—n siete: Ense–ando a nuevos convertidos
Lecci—n ocho: Ense–ando el evangelio usando el Antiguo Testamento
Introducci—n
Estos textos en bloque no existen en la gu’a para estudiantes. Son instrucciones y sugerencias al maestro para elaborar el tema correspondiente. El maestro tiene toda libertad usar estas o no, de acuerdo a las necesidades de los alumnos. De esta manera, el maestro puede distinguir al instante lo que hay o no hay en la gu’a para los estudiantes.
C—mo
captar la atenci—n de sus alumnos.
Ilustraci—n: Atacado por un perro en el parque. UsŽ este incidente en una conferencia sobre la guerra espiritual. Satan‡s se encuentra sostenido por una correa larga y limitado a lo que puede hacernos. La mayor’a de las heridas que recibimos son producidas por nosotros mismos.
Lo que acabo de hacer es usar un gancho. Este es el primer principio pr‡ctico en la ense–anza.
Sin importar quŽ ense–es, ya sea una lecci—n, un serm—n o un discurso pol’tico, debes ganarte la atenci—n de la audiencia en los primeros segundos, de lo contrario muchos oyentes asumir‡n que eres aburrido y dejar‡n de escucharte. Los estudios en did‡ctica muestran que personas deciden en menos de un minuto si se tomar‡n la pena de escucharte o no.
Esa es la raz—n por la que comenz— este curso con un gancho. Encuentra un gancho para cada lecci—n. Puede ser lo que sea. Una experiencia personal, una historia que hayas escuchado, un evento actual, una broma, algo que llame la atenci—n de tu audiencia.
Durante esta conferencia, voy a intercalar otros principios y tŽcnicas. Pero iniciŽ con esta tŽcnica para modelar como se hace.
Este seminario no es acerca de la mejor forma de ense–ar. Es acerca de mi forma de ense–ar. Esto es lo que yo hago. Tengo m’ propio estilo y filosof’a sobre el tema. Si mi estilo y filosof’a no son aplicables a tu necesidad, busca otra forma de hacerlo. Toma lo que es œtil para ti y descarta el resto.
La mayor’a de mi experiencia ense–ando, tanto el evangelio como materias seculares, han sido a nivel de adultos; nivel secundario en escuelas pœblicas y en el seminario. Los principios de este seminario se aplican tambiŽn a maestros de ni–os peque–os. El plan de lecci—n y los ejercicios ser‡n m‡s simples pero el principio es el mismo.
Quiero que esta conferencia sea lo m‡s pr‡ctica posible. Les recomiendo el libro de Howard Hendricksen Las siete Leyes del Maestro. ÀCuantos de ustedes han le’do este libro? Tiene excelentes consejos para aquellos que tienen el don de ser maestros. Mucho de su contenido es te—rico, y falta sobre tŽcnicas espec’ficas. La idea del gancho se encuentra en ese libro. Sin embargo, no consegu’ esta idea de Hendricksen porque ya he estado us‡ndola desde hace muchos a–os antes de que ese libro se escribiera. El libro es bueno para ayudarnos a entender la teor’a y el compromiso a este tipo de ministerio, pero mi anelo es que salgan de esta conferencia lo mejor armado como posible.
á QuŽ es un maestro llamado y dotado.
á Como preparar un plan de lecci—n efectiva.
á TŽcnicas interactivas para hacer tu clase m‡s interesante e incrementar la retenci—n del material en las mentes de tus estudiantes.
á Enfoque y meta: QuŽ ense–ar en la Escuela Dominical y por quŽ.
á Como ense–ar la gracia.
á Como ense–ar a nuevos convertidos.
á Como escribir una gu’a de estudios para un curso.
Un amigo misionero me dijo una vez, ÒCualquiera puede
ense–arÓ. No quise darle la contra, as’ que me refrenŽ de responderle,
ÒEntonces, Àpor quŽ tus lecciones son tan aburridas?Ó
Ayudar a los maestros a evaluar si tienen el don y han sido llamado a este ministerio.
ÀPueden las tŽcnicas did‡cticas reemplazar el don de ense–anza? No. Simplemente le ayudar‡n a no ser mediocre, pero no lo ayudaran a ser excelente.
Al finalizar esta lecci—n, deber’as saber si tienes el don y has sido llamado al ministerio de ense–anza. En un grupo de este tama–o me imagino que alguno de ustedes es maestro de Escuela Dominical œnicamente porque tu pastor te lo pidi— y no hab’a nadie m‡s disponible. De la bondad de tu coraz—n, tu aceptaste. Pero no estas completamente c—modo con este rol.
Si sabes que has sido llamado y tienes el don, entonces esta lecci—n lo confirmar‡. Si no es tu caso, al final de la lecci—n discutiremos como salir de esta responsabilidad.
Las tŽcnicas de ense–anza har‡n excelente a un maestro dotado. Pero en el caso de una persona que no tiene el don, simplemente te ayudar‡n a no ser mediocre, pero no te ayudar‡n a ser excelente.
Todas las ep’stolas comienzan y terminan con la gracia. Sin la gracia de Dios y la unci—n del Esp’ritu Santo, tendr‡s Žxito œnicamente en impartir el conocimiento religioso, pero no la vida espiritual ni la transformaci—n.
Por lo tanto, en esta lecci—n discutiremos las caracter’sticas de un maestro dotado y como salir de esta responsabilidad si no has recibido el don para esto.
Los maestros dotados est‡n apasionados por el tema y tienen un fuerte deseo de comunicarlo.
Ilustraci—n: Mi pasi—n
por y el pastor sin pasi—n por escribir.
Pasi—n por el evangelio
Toda ense–anza apunta a Cristo y a su obra de salvaci—n. Los maestros B’blicos dotados siempre traen todo de vuelta a Cristo. Ilustraci—n: La ardilla y el ni–o en la escuela dominical. ÒYo sŽ que en esta clase la respuesta es siempre Jesœs. Pero a m’ me parece que es una ardillaÓ
Vas a ense–ar bien aquellas cosas por las que estas apasionado. Si no tienes pasi—n por lo que ense–as, tus alumnos no tendr‡n la pasi—n de aprenderlo.
Algunas personas aprecian el evangelio de la gracia. Otros est‡n apasionados por ello. Los primeros comunicar‡n conocimiento. Los œltimos comunicar‡n vida espiritual.
Pasi—n por los estudiantes
Los maestros dotados saben que la meta de
la ense–anza b’blica es la transformaci—n de vida.
Ilustraci—n: Los maestros de universidad son muchas veces
fr’os en sus ense–anzas. No les interesan sus estudiantes. No puedo recordar
los nombres de algunas de los cursos que tomŽ y mucho menos de los nombres de
los maestros. Pero hasta el d’a de hoy recuerdo el nombre del maestro de
psicolog’a educacional y muchas de sus ense–anzas. ÀPor quŽ? Porque era un
maestro apasionado no solamente por el tema de su clase, sino que tambiŽn
estaba determinado a hacer de sus estudiantes buenos maestros. Mucho de lo que
les compartirŽ acerca de los elementos de la psicolog’a educacional viene de
ese curso que tomŽ hace 29 a–os.
Una
vida devocional fuerte es fidelidad en estudio de la
Palabra y la oraci—n; aplicandose los medios de
gracia.
Nuestro curso de entrenamiento en liderazgo comienza con el avivamiento personal. Como tener un tiempo devocional y escuchar de Dios por medio de su palabra y ser guiados por el Esp’ritu Santo.
Si eres
dotado, sŽ un especialista. Aprende todo lo que puedes acerca de ense–ar. Lee
todos los libros que puedes acerca del tema. Escucha a maestros dotados y trata
de discernir sus tŽcnicas. La especializaci—n es la clave para un ministerio
efectivo.
De manera que, teniendo diferentes dones,
segœn la gracia que nos es dada, si el de profec’a, œsese conforme a la medida
de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que ense–a, en la ense–anza; Rom 12:6-7
Una caracter’stica clave de los maestros dotados es una fuerte curiosidad y deseo de aprender. No œnicamente sobre su ‡rea, sino, sobre todo. Normalmente tienen por lo menos un pasatiempo y muestran interŽs en una gran variedad de temas. Saben un poco de todo. Este es el resultado de un fuerte deseo por la verdad y el conocimiento.
Siempre ten un proyecto de aprendizaje. No necesariamente en tu especialidad de ense–anza. Tal vez aprender un instrumento musical. Estudiar ciencia. Criar loros. Aprender algœn deporte. Yo practico el basquetbol. Juego a solas porque nadie me quiere en su equipo. Pero estoy aprendiendo algo nuevo. Siempre tengo por lo menos una cosa nueva que estoy aprendiendo. Estar‡s asombrado del nœmero de ilustraciones que podr‡s sacar de eso.
Su creatividad se expresa de diferentes formas art’sticas: Pintura, literatura, decoraci—n, mœsica. Esto no significa que si eres creativo entonces estas llamado a ser maestro. Algunas personas creativas no pueden ense–ar para nada. Esto significa que en mi experiencia con la gente, he notado que los maestros tienen la tendencia de ser individuos creativos.
á Te gusta hacerlo. Te sientes incompleto si no puedes ense–ar.
á Otras personas quieren que lo hagas.
á Otras personas van a decirte que ense–ar es tu don.
á Parece como un deber obligado y no te emociona hacerlo. Normalmente una persona con un don lo disfruta. Las personas que tienen el don de hospitalidad disfrutan tener gente en casa. Otros sienten inc—modos cuando la gente viene.
á Dependes de los materiales preparados por otros en lugar de los tuyos. Usar los materiales de otra persona no est‡ mal. Pero un maestro dotado se siente m‡s c—modo usando su propio material. Eres como una persona que no sabe cocinar pero que debe preparar comida para un gran grupo de personas. As’ que contratas a otra persona para hacerlo en tu lugar. Eso puede funcionar por un tiempo, pero tarde o temprano ser‡ claro para los dem‡s que no puedes cocinar.
Aprender el mŽtodo de ense–anza har‡ que una persona sin el don sea menos mediocre, pero nada m‡s que eso.
á
Otras
personas no te dicen que eres dotada en la ense–anza.
A veces estamos llamados a hacer ministerio en ‡reas que no son parte de nuestro don. Pero estas situaciones son temporarias.
Es posible que algunos de ustedes aqu’ sean maestros de escuela dominical œnicamente porque su pastor o un anciano los convenci— de la necesidad y les pidi— que lo hicieran. Apelaron a tu preocupaci—n por el bienestar de los ni–os as’ que aceptaste la tarea, aunque en tu coraz—n sabias que no era tu don. ÀQuŽ deber’as hacer?
El problema no es tuyo. Es un problema que tiene que resolver el liderazgo de la iglesia. Devuelve el problema a quien le corresponde. Trata de identificar cu‡l es tu don y dile al pastor que no estas disponible para ense–ar a menos que sea en un caso excepcional. Tu estar‡s haciendo lo que sientes que es tu don. DŽjales a ellos resolver su problema.
1. No existen sustitutos para los dotados en la ense–anza. Si no tienes el don, has otra cosa.
2. Los maestros dotados tienen una pasi—n por los temas que ense–an y por sus estudiantes.
3. Los maestros dotados tienen una fuerte vida devocional, tienden a ser creativos y tienen el deseo de aprender y crecer en conocimiento en general.
Ilustraci—n: En Ecuador causŽ p‡nico a un candidato para
ministerio. Le ped’ que ense–e mi curso de las doctrinas de la gracia mientras
yo preparaba otra clase. ƒl me dijo que no ten’a ni idea de c—mo hacerlo. As’
que me ofrec’ a ayudarlo a planificar la lecci—n y el me hizo prometer que yo
estar’a en la clase en caso de que se meta en problemas. En la tercera lecci—n,
el ya hab’a perdido todo el miedo, estaba preparando las lecciones solo y me
dijo que pod’a manejar la situaci—n solo. Sus lecciones fueron excelentes. La
clave para su confianza era tener un buen plan de lecci—n a la mano. Hoy en d’a
es un maestro efectivo.
Mostrar los elementos de un plan de lecci—n y como escribirlo.
El esquema de un plan debe seguir un simple pero consistente patr—n. Si usas constantemente el mismo patr—n en cada lecci—n, tus estudiantes se adaptar‡n r‡pido y les ayudar‡ a acostumbrarse a tu estilo de ense–anza. Una vez que tengas la costumbre de hacerlo de esa manera el aprender ser‡ m‡s f‡cil para ellos y ense–ar ser‡ m‡s f‡cil para ti.
El gancho
El tema
La promesa
El punto
La aplicaci—n
La revisi—n [De esta lecci—n aprendemosÉ]
El gancho es una historia o ilustraci—n interesante para atraer la atenci—n de los estudiantes. Si no obtienes la atenci—n de los estudiantes en los primeros segundos, algunos asumir‡n que la lecci—n es aburrida y perder‡n interŽs en ella.
ÀQuŽ es una buena fuente de ilustraci—nes? Las mejores son aquellas que vienen de tu experiencia
personal o algœn evento actual.
DespuŽs de haber captado su atenci—n, debes decirles de que se va a tratar la lecci—n.
Estas son algunas reglas:
á Describir en una sola frase cu‡l es el tema de la lecci—n. Si no puedes hacer esto en una oraci—n, tu lecci—n es demasiado complicada.
o Ejemplo: "Hoy vamos a estudiar por quŽ oramos en el nombre de Jesœs".
o O, "el tema de la lecci—n de hoy es por la autodisciplina es esencial en la vida cristiana".
á Un solo punto principal por tema. La gente rara vez retiene m‡s que esto.
Indique como los estudiantes se beneficiar‡n de la lecci—n. ÀPor quŽ deber’an prestarte atenci—n? ÀC—mo mejorar‡ sus vidas?
Solamente un punto central por lecci—n. Si no puedes describir en una sola frase el punto central de la lecci—n, necesitas simplificarla o separarla en dos o m‡s lecciones.
Muestre a los estudiantes como aplicar el punto central de la lecci—n a sus vidas. O planifique la lecci—n de tal forma que ellos puedan deducir por si mismos la aplicaci—n y que puedan expresarla al maestro.
Al final de cada lecci—n, yo usualmente
pongo: De esta lecci—n aprendemosÉ
Si usted le est‡ ense–ando a una serie sobre un tema, es œtil hacer un breve repaso de la lecci—n anterior al comienzo de la clase.
Cuando planifiques tu lecci—n, imagina en tu mente a uno de tus estudiantes. Prepara la lecci—n como si estuviera dirigida œnicamente a esa persona. Esto te ayuda a enfocarte y har‡ que la lecci—n sea m‡s personal. Esta es la Òpersona de enfoqueÓ.
No le digas a nadie quien es tu persona de enfoque.
Prepara la lecci—n para los estudiantes m‡s interesados. Algunas personas est‡n en la escuela dominical por otras razones y no tienen interŽs en el material. Algunos pueden ser los padres de ni–os que asisten a tu clase de escuela dominical que no tienen otro lugar a donde ir.
á Crear un manual del maestro
para que algœn maestro nuevo ense–e tu lecci—n. No ense–es el mismo tema dos veces en el mismo lugar. (2Tim 2:2)
á
Los planes
de lecci—n pueden ser el esquema para los cap’tulos de un libro.
1. Usar un ÒganchoÓ en forma de una historia o ilustraci—n interesante es una buena manera de empezar una lecci—n.
2. Cuando prepares una lecci—n, piensa en un estudiante como si estuvieras conversando con Žl. Esto te ayuda a enfocar tu preparaci—n.
3. Permita tiempo para revisi—n antes del final de la lecci—n. Esto ayuda a retener mejor la informaci—n.
Lo
siguiente es una muestra de parte de un plan de una lecci—n que usŽ. Las partes
entre corchetes son instrucciones a m’ mismo s—lo veo yo. QuitŽ aquellas partes
cuando imprim’ la lecci—n para los alumnos.
***
El gancho: [Una ilustraci—n personal de maestro]
Prop—sito: Ense–ar acerca de la soberan’a de Dios para que aumente la fe de los estudiantes.
Promesa: Entender esto te ayudar‡ a incrementar tu fe y a orar m‡s efectivamente, soportar las pruebas mejor y evangelizar a otros con m‡s confianza.
Prueba: Hechos 4:23-32
ÀCu‡l es el nombre que los ap—stoles usaban para referirse a Dios en
el vers’culo 24? ______________________________
[Otros vers’culos en donde el tŽrmino soberano se aplica a Dios. 1Tim 6:15]
ÀQuŽ dijeron los ap—stoles en el vers’culo 24 que haga referencia a la soberan’a de Dios? _________________________________________________
[Otros vers’culos que muestran el control de Dios sobre la naturaleza Job 41:11; Sal 24:1; Sal 89:11]
ÀHay algo en la oraci—n de los ap—stoles que muestre que Dios est‡ en control de la historia? _______________________________________________
[Pregunte a los estudiantes que otros eventos de la historia muestran que Dios est‡ en control. Otros vers’culos mostrando que Dios est‡ en control. Dan 2:21; Prov 21:1]
ÀEs capaz Dios de producir bien del mal? ÀSi la respuesta es afirmativa, existe alguna evidencia en la oraci—n de los ap—stoles que indique esto? _______________________________________________
1. La palabra soberano es parte de su nombre.
2. ƒl es creador, sustentador y due–o de toda la creaci—n.
3. ƒl controla los eventos de la historia.
4. ƒl puede producir bien del mal.
1. ÀC—mo afecta el conocimiento de la soberan’a de Dios en tus oraci—nes?
2. ÀC—mo afecta tu conocimiento de la soberan’a de Dios la forma en la que percibes las promesas de Dios?
3. ÀC—mo afecta tu conocimiento de la soberan’a de Dios a tu actitud acerca del evangelismo?
Ilustraci—n: Hice que un grupo peque–o de campesinos
memorice Juan 3:16. Durante la siguiente lecci—n les pregunte si alguno de
ellos pod’a recitar el vers’culo y lo hicieron. Luego les pregunte, ÀQuŽ es lo
que Dios ama? La mayor’a no ten’a ni idea. Lo memorizaron, pero no lo
entendieron. Me di cuenta de que ten’a que cambiar mi tŽcnica de ense–anza con
ese grupo.
Mostrar mŽtodos interactivos y explicar porque son œtiles.
Son mŽtodos que involucran la participaci—n activa de los estudiantes, contrario con escuchar una lecci—n. Estas actividades incluyen an‡lisis de preguntas en grupos peque–os; ejercicios de ataque y defensa; ex‡menes y otros.
Estudios sobre aprendizaje y retenci—n en algunas universidades muestran que el nivel de retenci—n incrementa a medida que los estudiantes participan en clase.
Conferenciar solamente
es el mŽtodo menos eficaz. 20% retenci—n
Esto significa que el maestro habla sin parar y los estudiantes no hacen nada m‡s que escuchar.
Conferenciar m‡s
retroalimentaci—n del estudiante. 30%-50% retenci—n
Esto significa que los estudiantes repiten al maestro lo que acaban de escuchar del maestro. Esto puede hacerse con varias tŽcnicas.
Conferenciar m‡s
retroalimentaci—n m‡s ense–ar a otros. 80-90%
retenci—n
Esto significa que los estudiantes repiten al maestro lo que acaban de escuchar y despuŽs se lo ense–an a otra persona.
Memorizar no es aprender
Algunas culturas tienen una historia de dictaduras. En Ecuador, los estudiantes escriben en un cuaderno lo que el maestro dice y lo llevan a casa para memorizarlo y repetirlo al d’a siguiente. Una computadora o una grabadora puede hacer lo mismo.
ÀPor quŽ? Los dictadores no quieren que los estudiantes aprendan a pensar. Podr’an desarrollar ideas como la libertad, democracia y derogaci—n de los dictadores.
Est‡ bien que los ni–os peque–os memoricen vers’culos. Pueden aprender m‡s tarde lo que significa. La Palabra de Dios tiene sus efectos. Algunos llegan a Cristo m‡s tarde gracias a un vers’culo memorizado. Pero pueden tambiŽn ser desafiados a pensar. Estudios en Suiza han descubierto que los ni–os son m‡s capaces de razonamiento abstracto de lo que antes se pensaba.
Otra raz—n
para las tŽcnicas interactivas es que hacen que la ense–anza sea m‡s f‡cil para
el maestro. Hay un viejo dicho en la ense–anza: Si
est‡s trabajando m‡s fuerte que los estudiantes, lo est‡s haciendo mal. Los
estudiantes deber’an estar trabajando m‡s fuerte por estudiar de lo que tu
trabajas para ense–arles.
Las lecciones interactivas son m‡s dif’ciles de preparar para los maestros al inicio, pero a la larga valen la pena. Ponen el peso sobre los estudiantes. Una vez que el maestro desarrolle el habito de incluir actividades para los estudiantes en las lecciones, mucho del estrŽs de la preparaci—n disminuye.
Inductivo: Recopilar evidencia y ver a donde nos
gu’a. Usa la ilustraci—n
de un detective versus un fiscal acusando a un
criminal en la corte.
Deductivo: Declara que una proposici—n es
verdadera y luego muestra la evidencia que lo prueba.
Ninguno de estos enfoques es correcto o incorrecto. Depende de la situaci—n. Sermones y escenarios evangel’sticos son ejemplos de enfoques deductivos.
Los
enfoques inductivos en la ense–anza tienden a provocar que las personas piensen. Esto es bueno
para las personas que no han sido educadas adecuadamente. Ilustraci—n: ÁUna se–ora me dice, ÒNo me haga estudiar,
solo d’game en que debo creer!Ó
Deductivo es m‡s f‡cil de preparar, pero es m‡s dif’cil para el maestro a lo largo.
1. Simplemente escribe un vers’culo y deja una parte en blanco. Has que los estudiantes busquen el vers’culo y llenen el blanco.
Ejemplo: Juan 3:16 Porque de tal manera am— Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigŽnito para que todo aquel que en Žl cree, etc.
2. Has una pregunta con referencia a un vers’culo y luego has que llenen el blanco.
Ejemplo: ÀQuŽ tenemos como resultado de
la justificaci—n? Paz con Dios Rom.5:1
3. Provea una serie de referencias b’blicas con una pregunta, como ser ÒÀQuŽ nos ense–an estos vers’culos sobre el cielo?Ó
Ejemplo: Sobre la
ense–anza de la forma de bautizar, yo doy una lista de vers’culos con preguntas
sobre la palabra agua, y despuŽs les
pregunto, ÀQuŽ dicen estos vers’culos que representa el agua en la Biblia?
DespuŽs de unos poco
minutos, tienen la respuesta correcta: El
Esp’ritu Santo y limpieza.
Luego les doy otra
serie de vers’culos con la pregunta: ÀComo les da Dios el Esp’ritu Santo a las
personas? ÀPor inmersi—n o al derramar el agua? Respuesta: Derramar
Pregunta final: ÀCu‡l
es entonces la forma m‡s apropiada de bautismo? Le preguntŽ a la clase, ÒÀEs
esta una idea simplemente de un maestro americano o es la ense–anza de la
Biblia?Ó Clase convencida.
Cuando divides la clase en grupos, puedes decirle que el grupo tiene que estar de acuerdo con una sola respuesta. Esto provoca discusi—n y negociaci—n de significados lo cual en si mismo es muy instructivo. TambiŽn le ense–a al maestro algo acerca de los estudiantes: Liderazgo emergente, capacidad de comunicaci—n o posiblemente capacidad natural de ense–anza entre los estudiantes.
Dividir la clase en grupos peque–os de tres a cinco personas, dependiendo del tama–o de la clase. Dales una serie de vers’culos y diles que deduzcan quŽ es lo que ense–an. El grupo debe estar de acuerdo con una sola respuesta.
Esto produce discusi—n y negociaci—n de significado lo cual en si es muy instructivo. TambiŽn puede revelar liderazgo, habilidades de comunicaci—n o relaciones entre los estudiantes. Esto puede ser muy œtil para un maestro que est‡ tratando de mentorear estudiantes.
Estos ejercicios no deben tomar m‡s de diez minutos debido a la limitaci—n de tiempo de la clase.
á Un beneficio interesante para el maestro es que los ejercicios en grupo ayudan a identificar l’deres emergentes. Ve y observa a los grupos y notaras quiŽn toma el liderazgo. ÀVes dos personas compitiendo por atenci—n? Si alguien est‡ liderando, Àlos dem‡s muestran respeto por Žl o ella? ÀQuŽ indican estas cosas acerca de tus estudiantes? ÀParece que una persona est‡ ense–ando a los dem‡s?
á Otro beneficio es que ayuda a que los estudiantes se relacionen el uno con el otro. Un maestro puede aprender mucho de sus estudiantes al observarlos en su contexto.
Cualesquiera de las tŽcnicas mencionadas a continuaci—n pueden ser usadas en ejercicios grupales.
Esta tŽcnica es buena para ense–ar a adultos y j—venes a defender las ense–anzas b’blicas. Por ejemplo, defender la salvaci—n por gracia en lugar de salvaci—n por obras. TambiŽn es bueno para practicar evangelismo. Divide a tus estudiantes en pares. Una persona juega el rol del defensor de la fe y el otro el rol del opositor. Luego haz que intercambien roles y practiquen nuevamente.
La experiencia demuestra que las personas que piensan que entienden bien una doctrina descubren que no la conocen tan bien como pensaban.
ÀPor quŽ nunca tenemos ex‡menes al finalizar una serie de estudios en la Escuela Dominical? ÀHay alguna ley en contra de ello? Los ex‡menes son en si mismos una tŽcnica de ense–anza.
Ilustraci—n: Estuve ense–ando Romanos 1 por un mes en
Ecuador. Les dije Òla segunda mitad de la œltima clase ser‡ el examen finalÓ.
La mayor’a de la clase comenz— a re’rse y no me cre’a. Una de las mujeres dijo,
ÒSŽ que la clase no tiene calificaci—n final, pero he estado estudiando toda la
semana porque no puedo soportar la idea de que me vaya mal en un examenÓ.
Al final de algunos de mis manuales, tengo algunas preguntas de verdadero y falso, usualmente no m‡s de diez, pero no menos de cinco. DespuŽs de que los estudiantes han tenido la oportunidad de responder las preguntas solos, puedes preguntar a la clase cuales son las respuestas. Algunos estudiantes tendr‡n mal las respuestas y esto provocar‡ una discusi—n acerca del porque la respuesta era incorrecta.
Algunas veces esto produce una sana competencia. Si te parece que la competencia no es saludable, no vuelvas a hacer este tipo de ejercicio con ellos.
Esta tŽcnica funciona bien con gente joven porque normalmente les gusta competir.
Divide la clase en dos grupos. Escoge un representante de cada grupo que pase al pizarr—n. Has una pregunta y has que la escriban en la pizarra. El primero que escriba la respuesta correcta gana un punto. Si una persona escribe una respuesta incorrecta debe ser reemplazado por la siguiente persona en l’nea de su equipo que de la respuesta correcta. El grupo con el puntaje m‡s alto gana.
Muchas ideas abstractas pueden ser ilustradas con simples figuras geomŽtricas: C’rculos, cuadrados, tri‡ngulos y flechas. No requieres de ninguna capacidad art’stica para dibujarlas en el pizarr—n.
ÀCu‡l de estos cuatro diagramas ser’a el mejor para ilustrar la Trinidad? ÀComo combinar’as dos de esas figuras para mostrar que los miembros de la Trinidad son eternos?
Estos
diagramas pueden ser combinados en diferentes formas para mostrar relaci—n
entre ideas. ÀC—mo mostrar’as que los miembros de la Trinidad son eternos?
Divide a los estudiantes y combine dos o m‡s diagramas para expresar un concepto.
1. Los niveles de retenci—n en los estudiantes incrementan cuando estos participan interactivamente en el proceso de aprendizaje en lugar de œnicamente escuchar una clase.
2. Los mŽtodos de ense–anza interactivos ayudan a los estudiantes a aprender a pensar en lugar de œnicamente memorizar informaci—n.
3. Un plan de lecci—n que incorpora mŽtodos interactivos es m‡s dif’cil de preparar al principio pero a la larga hace el trabajo del maestro m‡s f‡cil.
4. Los ejercicios grupales proveen al maestro una oportunidad de observar a sus estudiantes.
Ilustraci—n: Un maestro de escuela dominical ense–ando un falso evangelio a los ni–os. El pastor objeta.
Mostrar cual es la meta en la ense–anza en la escuela dominical y cu‡les son los peligros de desviarse de ella.
En la gran comisi—n Jesœs declar— la œnica
misi—n de la iglesia: Hacer disc’pulos para Jesœs. (Mateo 28:19) ƒl le dijo a
Pedro como hacerlo. Alimenta a mis ovejas.
Pedro nos dice quŽ es lo que debemos alimentarlas; la palabra de Dios. desead, como ni–os reciŽn nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezc‡is para salvaci—nÉ 1Ped 2:2
Ilustraci—n: el ni–o peque–o que confundi— a Jesœs con una
ardilla.
Ninguna otra meta. Ningœn otro mŽtodo.
Convertirnos en moralistas es un peligro particular de los maestros de ni–os. Ense–arles a comportarse bien no es ense–arles el evangelio. Las ep’stolas de Pablo son exhortaciones completas a los cristianos acerca de la buena conducta y de c—mo comportarse en la vida. Pero todas sus ep’stolas comienzan y terminan con la gracia. A menos que tu ense–anza guie al œltimo vers’culo de la Biblia, has perdido la meta.
La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con todos vosotros. AmŽn. Apoc 22:21
Ilustraci—n: Un pastor predic— acerca de Colosenses y dijo:
ÒCrees que puedes hacer algo de esto?Ó La respuesta es no. Necesitas de gracia
de Dios a travŽs de la fe en Jesucristo para poder hacer todo esto. Necesitas a
Jesœs para todo.
El peligro de ser moralista es que siempre lleva al pecado del legalism, el cual no es solamente un falso evangelio, sino que frecuentemente es peor que los pecados que estamos tratando de evitar.
Ilustraci—n: Un entrenador de futbol americano sostiene la
pelota en su mano y le dice al equipo de jugadores profesionales, ÒSe–ores,
esto es una pelota de fœtbol americanoÓ. Lo que estaba tratando de decirles es,
ÒNunca se olviden de lo b‡sico. Es lo b‡sico lo que nos da el fundamento para
la victoriaÓ.
Tu tarea como maestro de Escuela Dominical es proveer una plataforma de ense–anza para el Esp’ritu Santo. Solamente Dios puede abrir sus ojos. No has fallado si eso no ocurre.
É.haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, É para que el Dios de nuestro Se–or Jesucristo, os dŽ esp’ritu de sabidur’a y de revelaci—n en el conocimiento de Žl, É Eph 1:16-17
Ilustraci—n: Por 15 minutos le prediquŽ el evangelio a un
hombre en MŽjico. Era un boxeador. Le explique que la salvaci—n era solamente
por Cristo œnicamente a travŽs de la fe. Le preguntŽ que pensaba de lo que le
dije. Me respondi—: ÒDebemos confiar en nosotros mismosÓ. ÁExactamente lo
opuesto de todo lo que le hab’a dicho! Se necesita la revelaci—n del Esp’ritu
Santo para que podamos entender de verdad.
La naturaleza carnal siempre va a traducir el mensaje del evangelio a un mensaje de justificaci—n por obras. Recuerda: Puedes decirle miles de veces a una audiencia La salvaci—n es por gracia solamente por medio de la fe en Cristo solamente, no por nuestros mŽritos. Cuando les pides definir lo que acabas de decir, la mayor’a de ellos, aseguran que te escucharon decir, ÒSŽ bueno y Dios ser‡ bueno contigoÓ.
Vuelve frecuentemente a lo b‡sico: Solamente por gracia por medio de la fe œnicamente en Cristo, no porque somos buenos.
El discipulado, siempre nos trae de vuelta
a lo b‡sico de la vida cristiana: Los tres medios de la gracia son la palabra, oraci—n y comuni—n en la iglesia.
Ilustraci—n: Ense–Ž una lecci—n de c—mo conjugar un verbo.
Un estudiante al final me pregunto, ÒSe–or Smalling, ÀquŽ es un verbo?Ó
Es f‡cil asumir que tus estudiantes
entienden lo obvio. Lo que
es obvio para ti puede no serlo para ellos.
Ya que mi meta es ense–ar a cristianos como vivir la vida cristiana, la mayor’a de mis ense–anzas para adultos vienen del Nuevo Testamento. La tipolog’a y el trasfondo del Antiguo Testamento son buenos para ilustraciones, pero la limitaci—n de tiempo en la escuela dominical hace que quiera llegar directamente a la meta. Ten cuidado de tomar mucho tiempo explicando informaci—n de trasfondo y no suficiente en el punto principal.
á
Asuntos
controversiales y discutibles.
á
Doctrinas secondarias
con muy pocas implicaciones pr‡cticas para la vida cristiana.
Illustraci—n: En una
conferencia sobre la teolog’a sistem‡tica, dije tengo una respuesta a ciertas
preguntas teol—gicas muy profundas: ÒYo no sŽ, tu no sabes, y tampoco nadie m‡s
sabe tampoco.Ó Y, ÒLos motivos por quŽ yo no sŽ, son m‡s complicadas que los
motivos por quŽ tu no sabes.Ó
A algunos maestros les encanta alardear sobre su erudici—n. Lo que es interesante para Žl puede no serlo para sus estudiantes.
El prop—sito de la escuela dominical es hacer disc’pulos para Jesucristo. No pierdas de vista tu meta: Hacer disc’pulos para Jesucristo.
á
La gracia
de Dios.
á
La persona
de Jesucristo que nos da la gracia de Dios a travŽs de la fe en Žl.
á
Disciplina
en los tres medios de crecimiento: La palabra, oraci—n y comuni—n en la
iglesia. (Esto incluye los sacramentos)
1. Los maestros de escuela dominical tienen una meta y un mŽtodo: Hacer disc’pulos para Jesucristo a travŽs de la ense–anza del evangelio.
2. Ense–ar moralidad es necesario, pero debe guiar a la dependencia de Jesucristo y la gracia de Dios o es simplemente legalismo.
3. Los maestros deben verificar que los estudiantes hayan entendido el material. Esto puede lograrse a travŽs de preguntas en la clase, ex‡menes u otros ejercicios.
4. Los buenos maestros de escuela dominical saben c—mo evitar preguntas secundarias e innecesarias.
1. _____ La meta final de la ense–anza a ni–os en la escuela dominical es asegurarnos de que entiendan la diferencia entre bueno y malo.
2. _____ Siempre trata de verificar que los estudiantes hayan entendido el material.
3. _____ La mayor’a de las personas entienden el evangelio de la gracia en la primera o segunda vez que se les explica claramente.
4. _____ Los cristianos necesitan aprender disciplina en aplicar en si mismos los medios de la gracia como la Palabra de Dios y la oraci—n.
5. _____ El ap—stol Pablo recomienda estudiar las palabras y genealog’as del Antiguo Testamento para darnos un trasfondo en el estudio del Nuevo Testamento.
Illustraci—n: Tres en cuatro de los ancianos del
Presbiterio en Quito, Ecuador dijeron que durante su mi ense–anzas sobre las
doctrinas de la gracia, pensaron en algœn momento que me faltaba un tornillo.
Pero todos terminaron su preparaci—n con una actitud de estar dispuesto a morir
por lo que estaba ense–ando. ÀQuŽ era?
Si ense–as correctamente las doctrinas de la gracia las personas van a verte primeramente como si estuvieras loco. Porque las doctrinas de la gracia parecen tan contrarias a lo de que tienen h‡bito.
Mostrar porque es necesario ense–ar las doctrinas reformadas de la gracia y sugerencias de c—mo hacerlo.
á Estamos rodeados por un
evangelio distorcionado, incluso entre evangŽlicos. by a false gospel.
Una falsa
definici—n de gracia reina actualmente en la cultura incluyendo a la mayor’a de
los evangŽlicos. La falsa definici—n dice que la gracia de Dios es su respuesta
hacia nosotros cuando usamos nuestro libre albedrio para buscarle. Illustraci—n de David Crum. Est‡s comunicando bien cuando los alumnos te miran
como si estuvieras loco.
á Una comprensi—n m‡s completa del
evangelio de la gracia trae una mejor’a en la relaci—n del creyente con Dios.
Soberan’a absoluta divina
Incapacidad total humana
Justificaci—n por la fe
Elecci—n incondicional
Sacrificio eficaz de Cristo
Unidad e universalidad de la iglesia
Seguridad de los elegidos
La estrategia de este acr—stico es explicar el concepto de la gracia soberana; que Dios es soberano en la salvaci—n.
Tomo mucho m‡s tiempo en los primeros dos puntos que en los otros cinco juntos.
Me tomo mi tiempo con esta primera parte. ÀPor que? Porque todo lo dem‡s fluye de aqu’. Si la gente no entiende esta primera parte, los otros puntos del acr—stico no tendr‡n sentido.
Mi punto de inicio es la oraci—n de del ap—stol en Hechos 4:27-31. (Vea el ejemplo de planificaci—n de estudios de esto.)
Antropomorfismo: La idea de que Dios es un ser humano grande.
Muchas personas, especialmente los ni–os, piensan en Dios como un ser humano grande. Hasta que esta idea sea eliminada, las otras doctrinas no tendr‡n ningœn sentido para ellos. Es normal que los ni–os piensen as’, pero es inaceptable para los adultos.
Uso dos l’neas de ense–anza para eliminar el antropomorfismo:
á Ense–ar los tres atributos incomunicables de Dios: Todopoderoso, lo sabe todo y est‡ presente en todo. (Omnipotente, omnisciente y omnipresente).
á Ciertas l’neas de ense–anza acerca de las grandes cosas que Dios controla, como los eventos en la historia y las acciones de las personas.
Yo uso Romanos 3:19-29 para empezar esta lecci—n.
Es aqu’ donde el maestro debe eliminar cualquier esperanza que tengan los estudiantes de la salvaci—n por mŽritos humanos o la habilidad humana de responder a Dios sin una intervenci—n especial de la gracia. (Juan 6:44,45) Si el maestro falla en comunicar esto, las otras cinco doctrinas no tendr‡n sentido para los estudiantes.
Toda la cultura alrededor de nosotros con su filosof’a humanista y la influencia cat—lica ha enraizado en la mente de las personas que un pecador tiene la fuerza de voluntad de cambiarse a si mismo si es que realmente quiere. A menos que se destruya este pensamiento, los estudiantes continuar‡n con una falsa definici—n de la gracia que afectar‡ su caminar con el Se–or.
Los ni–os son capaces de entender esta idea b‡sica si es ense–ada de manera simple.
1. Las doctrinas reformadas de la gracia deben ser ense–adas a los creyentes para eliminar el falso pensamiento sobre la gracia.
2. Los puntos de vista antropom—rficos de Dios deben ser eliminados antes de que los estudiantes puedan entender las doctrinas de la gracia. Es bueno comenzar ense–ando lo atributos incomunicables de Dios.
3. Es importante ense–ar la soberan’a de Dios y la inhabilidad del hombre como el fundamento para el entendimiento b’blico de la gracia en general.
Mostrar a los maestros como preparar a los creyentes para dar defensa racional de la fe cristiana.
Éy estad siempre preparados para
presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
raz—n de la esperanza que hay en vosotros; 1Pedro 3:15
ApologŽtica significa la defensa racional para defender la fe cristiana.
Para la escuela dominical, me enfoco en la apologŽtica b’blica. Estos simples puntos son buenos tanto para adultos como para ni–os. Evito apologŽticas hist—rica como las cinco v’as de Aquino, las presuposiciones versus evidencialismo o complejas discusiones filos—ficas. Esos est‡n reservados para las clases de seminario y hacen poco para incrementar la fe un creyente comœn en las clases de escuela dominical.
Mi prop—sito es capacitar al cristiano con respuestas para los no creyentes y para confirmar su propia fe.
El libro de Romanos tiene todos los argumentos b‡sicos de Pablo para la existencia de Dios y la validez de la fe cristiana. Los tres argumentos comienzan con la letra ÒCÓ y son f‡ciles de recordar en orden.
Creaci—n: Si hay una creaci—n, hay un Creador.
Consciencia: Si hay leyes morales escritas en nuestra mente, es porque existe un dador de la ley moral.
Cristo: La vida milagrosa de Jesœs habla por si sola.
Vea Romanos 1:16-22.
Cada una de estas evidencias tiene sub-puntos que el maestro puede usar como le parezca mejor.
Un estudio en Romanos 1:18-25
1. Dios est‡ enfadado acerca de algo. ÀDe quŽ? [Por la supresi—n de la verdad que les ha sido revelada.]
2. La evidencia de la existencia de Dios Àes obscura o dif’cil? [No. Ha sido revelada a ellos a travŽs de las cosas que han sido creadas.]
3. ÀQuŽ hace la gente con la evidencia? [La suprime.]
4.
ÀCu‡les son las dos cualidades
de Dios reveladas por la creaci—n? [Su
eterno poder y su deidad.]
5.
El vers’culo 21, dice que los
"paganos" Àson ignorantes acerca de Dios? [No son ignorantes de la existencia de Dios.]
6. ÀLa gente rinde culto a los ’dolos por su ignorancia? [No. Lo hacen para evitar al verdadero Dios inventando falso.]
7.
De acuerdo con los vers’culos
21 y 22, Àcu‡l es el origen de la filosof’a? [El
razonamiento corrupto del hombre, dise–ado para evitar a Dios.]
8.
Segœn el vers’culo 23 Àcu‡l es
el origen de las religiones paganas? [De la
corrupci—n del hombre dise–ado para evitar a Dios.]
9.
Segœn el vers’culo 24, Àcu‡l es
el origen de la perversi—n sexual? [El
origen es el rechazo previo de Dios.]
10.
En el vers’culo 25, Àc—mo
resume Pablo la reacci—n humana a la evidencia de la existencia de Dios? [Cambian las verdades reveladas e Dios por mentiras, tanto en
filosof’a como en religi—n pagana.]
La sociedad est‡ realizando un lavado cerebral a la ni–ez por medio de presuposiciones anticristianas propias de la postmodernidad. Tanto en las escuelas, como en la televisi—n, los libros y los amigos, los ni–os escuchan que la verdad es relativa a cada individuo, que la existencia de Dios es indemostrable, que la moral es una cuesti—n de gustos personales y que no importa en quŽ creemos con tal de que creamos en algo.
Disparates de este tipo se convierten en parte integrante del tejido mismo de su ser, si no los contrarrestamos en etapas tempranas.
La mayor’a de los catecismos fueron escritos antes de que la postmodernidad viniera a ser la religi—n pol’ticamente aceptable de la cultura. Nuestros ni–os necesitan aprender c—mo contrarrestar estas formas imp’as de pensar, con presuposiciones b’blicas.
Ejemplo de un catecismo apologŽtico para ni–os
PREGUNTA 1: ÀCu‡les son tres formas que demuestran la existencia de Dios?
RESPUESTA: La creaci—n, la conciencia y Cristo.
PREGUNTA 2: ÀC—mo demuestra la Creaci—n la existencia de Dios?
RESPUESTA: Al existir la creaci—n, debe existir un Creador.
PREGUNTA 3: ÀQuŽ es la conciencia?
RESPUESTA: La conciencia es nuestra mente indic‡ndonos que algo est‡ bien o est‡ mal.
PREGUNTA 4: ÀPor quŽ es nuestra conciencia prueba de que Dios existe?
RESPUESTA: Si hay una ley moral en nuestra conciencia, debe existir Quien nos ha puesto esa ley.
PREGUNTA 5: ÀQuŽ significa cuando decimos que Cristo es prueba de la existencia de Dios?
RESPUESTA: Sus milagros, santidad perfecta y su resurrecci—n de los muertos demuestran que Dios existe.
PREGUNTA 6: ÀEs evidente a todos que Dios existe?
RESPUESTA: S’, lo es.
PREGUNTA 7: ÀPor quŽ decimos que es evidente a todos?
RESPUESTA: Porque todos y cada uno somos parte de la creaci—n y todos tenemos una conciencia. Por lo tanto, todos ven la prueba de su existencia.
PREGUNTA 8: ÀPor quŽ sostiene alguna gente que la existencia de Dios no es evidente?
RESPUESTA: Porque no desean ser gobernados por Dios.
PREGUNTA 9: ÀPor quŽ es que alguna gente no desea ser gobernada por Dios?
RESPUESTA: Porque aman sus pecados.
PREGUNTA 10: ÀQuŽ significa cuando decimos que algo es verdad?
RESPUESTA: Quiere decir que algo realmente existe.
PREGUNTA 11: ÀPuede ser la verdad una cuesti—n de opini—n?
RESPUESTA: No. Algo es verdad independientemente de que alguien lo crea o no.
PREGUNTA 12: ÀQuŽ queremos decir cuando decimos Òtener fe en DiosÓ?
RESPUESTA: Lo que queremos decir es Òconfiar en sus promesasÓ.
1. En la escuela dominical es de mucha ayuda mantenernos en las apologŽticas que la biblia usa.
2. Una lecci—n b‡sica de apologŽtica para la existencia de Dios puede ser: Creaci—n, consciencia y Cristo. Se encuentran en el libro de Romanos.
3. Un estudio de Romanos 1:18-25 es una buena introducci—n a la apologŽtica b’blica.
4. El relativismo es un problema serio hoy en d’a y los ni–os deben estar preparados para rechazarlo.
Mostrar formas de ayudar a nuevos creyentes en su caminar con Cristo.
Es un estudio b’blico muy simple con dibujos y ejercicios. Al final de las seis lecciones se han quebrantado las ideas de justificaci—n por obras y se ha explicado claramente el evangelio sin mencionar el catolicismo. Lo pueden encontrar en mi p‡gina web o en los USB.
Los nuevos convertidos del catolicismo tendr‡n dudas serias.
Se les ha ense–ado que es un pecado serio el involucrarse con protestantes. Se les ha dicho que existen muchos cultos y grupos falsos y que deben permanecer lejos de ellos porque la iglesia cat—lica es la verdadera y la œnica que puede salvarlos.
As’ que andan pensando que tal vez est‡n cayendo en una religi—n falsa que al final va a lastimarlos.
Si preguntan cu‡l es la diferencia entre nosotros y la iglesia cat—lica, las Cinco Solas son la mejor forma que he encontrado para responder esa pregunta. Les digo que tiene que ver con la salvacion; c—mo ser recto con Dios y as’ evitar su juicio justo porque somos pecadores. La salvaci—n es:
á Por Cristo solamente: (Solus Cristus) No, Cristo m‡s Mar’a m‡s los santos. 1Tim 2:5; John 14:6; Hechos 4:12
á Por la gracia solamente: (Sola gratia) No, gracia m‡s buenas obras m‡s mŽritos. Ef 2:8-10; Tito 3:5
á Por medio de la fe solamente: (Sola fide) No, fe m‡s bautismo y sacramentos o confesi—n a sacerdotes. Rom 5:1
á A base de las Escrituras solamente: (Sola scriptura) No, Escritura m‡s decretos papales o tradiciones de la iglesia. 2Tim 3:16-17
á Solo a Dios la gloria: (Soli Deo gloria) No, gloria a una iglesia en particular o a una instituci—n. Rom 11: 36
á Normalmente es innecesario comenzar con una defensa de la autoridad de la Biblia.
En mi experiencia, muy pocos convertidos cuestionan su autoridad. Ellos saben que el mensaje de la Biblia los ha cambiado y lo ha hecho mejores y m‡s felices, as’ que normalmente la aceptan sin cuestionarla.
á Una pregunta m‡s urgente para ellos es definir quŽ es lo que les paso.
Saben que han tenido una experiencia religiosa y se sienten diferentes, pero no tienen claro que paso exactamente y lo que significa.
Explica lo que Žramos, lo que somos y lo que seremos.
á Lo que Žramos: Pecadores bajo el control de nuestra propia corrupci—n, de Satan‡s y de la mentalidad del mundo.
á Lo que somos: Rescatados por la gracia de Dios y hemos experimentado la resurrecci—n espiritual.
á Lo que seremos: Sentados con Cristo y unidos por siempre en Žl.
Los nuevos convertidos, al igual que los bebes, perciben a otros como a fuente de alimento. Un bebe no puede hacer nada m‡s que sentarse y esperar que le pongan comida en la boca. Pero a medida que crecen, aprenden a alzar la comida por si mismos y a ponerla en su boca.
As’ mismo, los nuevos convertidos ser‡n espiritual y emocionalmente dependientes de ti por un tiempo. Es normal. Pero al igual que los bebes en crecimiento, necesitan aprender r‡pidamente como alimentarse a si mismos. Esto significaÉ
EnsŽnales como leer la Palabra de Dios por si mismos y a escuchar al Esp’ritu Santo a travŽs de ello. Dios nos habla personalmente por su Palabra por medio del Esp’ritu. El nuevo convertido necesita aprender r‡pidamente como experimentar esto porque es as’ como se alimentan espiritualmente.
LlŽvalos al Evangelio de Juan para que puedan conocer a la persona de Cristo.
Muchas personas vienen a Cristo porque tienen algœn problema serio de algœn tipo. Es aqu’ donde comienza tu rol como mentor. No eres simplemente un dispensador de informaci—n espiritual y conocimiento. Un maestro genuino es tambiŽn un mentor y un consejero.
Es aqu’ donde el maestro se relaciona personalmente con sus estudiantes. Un maestro b’blico est‡ dispuesto a involucrarse en las vidas de sus estudiantes. Esto es vital especialmente para los convertidos. Todo lo dem‡s en la vida de un nuevo convertido fluye de esto.
Es prematuro lidiar con preguntas de bautismo y membres’a en la iglesia hasta que el nuevo convertido tenga aclaradas sus dudas y muestre progreso en aplicar la palabra de Dios y la oraci—n.
Luego de que se haya aclarado lo antes mencionado, el mentor puede ayudar al convertido a darse cuenta de que su relaci—n con la iglesia es uno de los medios de gracia que Dios usa para su crecimiento espiritual, no œnicamente la palabra de Dios y la oraci—n.
á Los convertidos del catolicismo necesitan que les aseguremos que no han ca’do una secta falsa. Las Cinco Solas son buenas para esto.
á Los convertidos generalmente quieren entender lo que les ha sucedido al experimentar la salvaci—n. Efesios Dos es un buen cap’tulo para ayudarlos a entender esto.
á Se debe ense–ar a todos los nuevos convertidos a alimentarse espiritualmente a si mismos con la palabra de Dios y la oraci—n para que no anden en dependencia total de otros para su crecimiento espiritual.
á Un buen maestro esta consiente de las necesidades personales de los nuevos convertidos y se adapta al proceso de mentoria segœn su necesidad.
1. _____ Al ense–ar a nuevos convertidos, usualmente es necesario probar la autoridad de las escrituras en la primera lecci—n.
2. _____ Una de las preocupaciones principales de los nuevos convertidos es entender su experiencia de conversi—n.
3. _____ Se debe ense–ar r‡pidamente a los nuevos convertidos a alimentarse espiritualmente.
4. _____ Es bueno recomendar a los nuevos convertidos que lean su Biblia completa empezando por Genesis.
Demostrar
c—mo usar las historias y leyes morales del Antiguo Testamento para ense–ar el
evangelio de la gracia. Para lograrlo, debemos entender lo que el Nuevo
Testamento dice acerca del Antiguo Testamento y necesitamos ver claramente la
estrategia de Dios a travŽs de toda la Biblia para evitar el moralismo y tener
Žxito en la ense–anza del evangelio a partir del Antiguo Testamento.
El
Nuevo Testamento tiene prioridad.
Esta
realidad toma por sorpresa a muchos cristianos ya que cronol—gicamente el
Antiguo Testamento existi— primero. Sin embargo, desde un punto de vista
teol—gico, no fue primero y ciertamente no la palabra final.
La revelaci—n
B’blica es progresiva, y tiene etapas diferentes que van desde el Genesis hasta el Apocalipsis. La revelaci—n final tiene
prioridad sobre la inicial. Por lo tanto, el Nuevo Testamento interpreta el
Antiguo, y no al revŽs. El Antiguo Testamento es œnicamente lo que el Nuevo
Testamento dice que es y nada m‡s.
Debemos
adoptar las pr‡cticas del Antiguo Testamento œnicamente en caso de que el Nuevo
Testamento diga que lo hagamos. Hacer lo contrario, no es solamente un error de
interpretaci—n, sino que puede provocar que caigamos en el pecado del
legalismo. Lo que ten’a la intenci—n de aclarar el evangelio lo opacar‡ si
abordamos el Antiguo Testamento desde cualquier otra perspectiva diferente a la
que los ap—stoles declararon.
Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y est‡n escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1Cor 10:6,11
El
Antiguo Testamento fue escrito para cristianos. A pesar de que fue escrito para
creyentes del Antiguo Testamento, el pœblico final fuimos siempre nosotros.
Esto es
muchas veces mal entendido. Algunos asumen que el Antiguo Testamento fue
escrito para los jud’os y el Nuevo Testamento para los cristianos. Pablo afirma
que fue escrito para nosotros. En los cinco vers’culos previos, Pablo usa el
cruce del Mar Rojo en el ƒxodo como un s’mbolo del bautismo. Este es otro de
los muchos ejemplos en los que Pablo nos muestra que el Antiguo Testamento est‡
lleno de simbolog’a y tipolog’a de Cristo y de la salvaci—n para los
cristianos.
Otros
textos que muestran lo mismo son:
Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvaci—n, escudri–ando quŽ persona y quŽ tiempo indicaba el Esp’ritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendr’an tras ellos. A Žstos se les revel— que no para s’ mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Esp’ritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ‡ngeles. 1 Pedro 1:10-12
Y todos Žstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.Heb. 11:39 -40
Y comenzando desde MoisŽs, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Žl dec’an. 44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablŽ, estando aœn con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que est‡ escrito de m’ en la ley de MoisŽs, en los profetas y en los salmos. Lucas 24:27, 44
Porque si creyeseis a MoisŽs, me
creer’ais a m’, porque de m’ escribi— Žl.
Juan 5:46
El
Antiguo Testamento se trata de Jesœs. Toda la Biblia se trata de ƒl. En el
Antiguo Testamento, vemos a Cristo a travŽs de tipolog’as y profec’as. En el
Nuevo, Jesœs es revelado como el cordero sacrificial que quita el pecado; Dios
el Hijo, Salvador y el cumplimiento de todas las profec’as y pactos de las
historias del Antiguo Testamento.
Jesœs
dijo que el Antiguo Testamento se trataba de ƒl. A pesar de que contiene
direcciones morales y ejemplos, estas no son soluciones a los problemas de la
vida. Jesœs es la soluci—n. Todo lo dem‡s es el evangelio de la autodependencia.
Como
dijo el puritano Charnock, ÒEl Antiguo Testamento fue
escrito con el prop—sito del evangelio y debe ser le’do con el esp’ritu del
evangelio.Ó[i]
Temamos, pues, no sea que, permaneciendo aœn la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
2 porque tambiŽn a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovech— el o’r la palabra, por no ir acompa–ada de fe en los que la oyeron. Heb 4:1-2
Aunque
el evangelio no era tan claro en el Antiguo Testamento, era lo suficientemente
claro como para que sus oyentes sean responsables de creer en Žl. El mensaje de
la salvaci—n œnicamente por la fe se present— a travŽs de tipolog’as y
s’mbolos, pero estaba presente.
ÀDeber’amos
molestarnos en ense–ar la Ley, si el Nuevo Testamento dice que no estamos bajo
la ley sino bajo la gracia? Ya que el Nuevo Testamento dice que todas estas
cosas fueron escritas para aquellos que vivimos en los tiempos finales, la
respuesta es s’.
Todos
los tŽrminos morales en la Escritura tienen a la Ley como punto de referencia.
Esto incluye los conceptos de pecado,
justificaci—n, justicia, bueno, malo, o cualquier tŽrmino moral. La Ley las
define y nos muestra las consecuencias de desobedecerla.
Al
ense–ar la Ley a la luz del Antiguo Testamento, podemos recordar a los
estudiantes que Dios requiere que la justicia de la Ley sea cumplida perfectamente
por todos los creyentes. (Romanos
8:7) Dios nunca baj— su est‡ndar ni acepto a nadie en base a nada m‡s que la
obediencia perfecta.
Debemos
mantener en mente lo que el Nuevo Testamento dice acerca del prop—sito primario de la Ley: Exponer
nuestra bancarrota moral para que podamos ver nuestra necesidad de un Salvador.
(Romanos cap’tulo 3)
El
patr—n es siempre el mismo:
á
Describe nuestro deber moral.
á
Expone nuestra corrupci—n moral al permitirnos fallar en nuestro deber
moral.
á
Al ver nuestra incapacidad, necesitamos un Salvador para hacernos
aceptables a Dios.
Suena
parad—jico pero la Ley no fue dada para hacernos buenos, sino m‡s bien para
mostrarnos que no tenemos la capacidad de ser buenos sin la intervenci—n de
Dios. Sin este proceso, el hombre continua en su autosuficiencia arrogante,
creyendo que su propia justicia es suficiente.
Si
ense–amos el Antiguo Testamento sin mencionar este patr—n, nos volvemos
moralistas, logrando nada m‡s que lo que puede lograr un fariseo. Debemos
ense–ar leyes morales, pero tambiŽn explicar porque esas leyes no son
suficientes para la justificaci—n. Nuestra propia corrupci—n estorba. Solamente
Jesœs puede proveer de eso. Si ense–amos otra cosa, implicamos que la muerte de
Jesœs fue innecesaria.
á
El Antiguo Testamento fue escrito para cristianos.
á
Toda la Biblia, incluido el Antiguo Testamento, se trata de Jesœs.
á
La ley del Antiguo Testamento fue dada para mostrar los requerimientos
de Dios y porque no podemos alcanzarlos sin ƒl, por lo tanto, exponiendo
nuestra corrupci—n interna.
Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 1Cor 10:6
A
travŽs de estas historias, vemos la consecuencia de la desobediencia. Esta es
una de las dos formas en las que se resaltan los est‡ndares morales de Dios. La
otra forma es la Ley. Las dos juntas, la Ley y las historias conforman un
precepto y un ejemplo.
Y la Escritura, previendo que Dios hab’a de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti ser‡n benditas todas las naciones. G‡latas 3:8
Ense–ar
el Antiguo Testamento sin hacer referencia a los pactos, es como hablar sobre
hornear una torta sin hacer referencia al azœcar. El resultado no ser’a una
torta. G‡latas 3 y Romanos 4 nos dicen que somos aceptados por Dios en base al
pacto hecho con Abraham cumplido en Cristo.
Todos
los juicios de Dios contra Israel en el Antiguo Testamento son el resultado de
la manifestaci—n de la ira de Dios contra su pueblo por romper el pacto. Todas
las historias de rescate de Dios a su pueblo son el resultado del cumplimiento
del pacto de Dios con sus ancestros jud’os. Dios nunca recat— a los filisteos
de nada. Todas las promesas cumplidas son promesas del pacto.
Por lo
tanto, cuando ense–amos historias del Antiguo Testamento es bueno hacer
referencia al pacto. Esto logra varios prop—sitos:
á
Muestra la fidelidad de Dios, por lo tanto, provee la base de nuestra
seguridad en Dios en lugar de nuestro desempe–o personal como creyentes.
á
Ayuda a contrarrestar el individualismo que infesta nuestra cultura
actual. Muestra
claramente el concepto de comunidad en
el pacto. Eso se traduce en el Nuevo Testamento como la iglesia. No existe en
la Escritura una persona en una relaci—n de pacto con Dios que no estŽ tambiŽn
en una relaci—n de pacto con una comunidad de creyentes establecida. Aquellos
que dicen tener una relaci—n con Dios, sin asistir a una iglesia local,
simplemente se enga–an a s’ mismos.
á
Fue escrito para fortalecer nuestra fe al ver la unidad entre los dos testamentos.
El Antiguo Testamento predice el Nuevo y el Nuevo confirma la autenticidad del
Antiguo al citarlo, y basar su teolog’a del evangelio en Žl.
É hablando entre vosotros con salmos, con himnos y c‡nticos espirituales, cantando y alabando al Se–or en vuestros corazones, Efesios 5:19
Pablo
autoriza usar el libro de los Salmos como ejemplo de alabanza. Otras partes del
Antiguo Testamento, adem‡s de los Salmos, tambiŽn expresan el tipo de
reverencia y gozo que Dios espera en la alabanza.
Todo el
Antiguo Testamento est‡ lleno de eventos que simbolizan la experiencia
cristiana. Ejemplos:
á
El pacto con Abraham es el pacto cristiano cumplido en Cristo (G‡latas
3)
á
La fe de Abraham era una tipolog’a de nuestra propia fe justificadora.
(Romanos 4)
á
La ley matrimonial del Antiguo Testamento era un s’mbolo de nuestra
uni—n con Cristo. (Romanos 7)
á
Israel como naci—n era una tipolog’a de los elegidos de todas las
naciones. (Romanos 9)
á
El sacerdocio del Antiguo Testamento era una tipolog’a del sacerdocio
de Cristo. (Hebreos 7 y 8)
á
Los sacrificios del Antiguo Testamento eran tipolog’as del sacrificio
de Cristo. (Hebreos 9 y 10)
á
El diluvio de NoŽ era un s’mbolo del juicio venidero y de nuestro
escape a travŽs de Cristo. (1Pedro 3)
Vea
todo el libro de Hebreos.
La
mayor’a de las personas se considera a s’ mismo bueno, aunque con algunas
fallas. Esas personas deben entender que Jesœs no vino al mundo a suplementar
lo que nos falta para ser justos. El vino a reemplazar nuestra justicia.
Nuestra justicia personal es m‡s bien un pecado sutil. La justicia imputada de
Cristo es la œnica base para nuestra aceptaci—n delante de Dios. Esto debe
ense–arse aun cuando ense–amos el Antiguo Testamento.
La
mayor’a de las personas estar’a de acuerdo con esta frase: ÒSi somos buenos,
Dios ser‡ bueno con nosotros.Ó Esa es una verdad a medias, por lo tanto, es una
mentira. Si fuŽramos lo suficientemente buenos, Àporque entonces existi— la
cruz?
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Hebreos 8:7
Debemos
elevar los est‡ndares de Dios todo el tiempo. Si no lo acompa–amos con el
mensaje de que no podemos obedecerlo perfectamente, vamos a provocar legalismo
en las personas; el asumir que nuestra obediencia es suficiente para satisfacer
el est‡ndar de Dios, va en contra del evangelio.
Jesœs dijo, separados de mi nada podŽis hacer.[ii] Nada significa justamente eso,
nada.
Imagina
predicar el evangelio a 100 pecadores que nunca antes lo han escuchado. Predica
por una hora de la salvaci—n solamente por gracia, œnicamente a travŽs de
Cristo. Usa alguna ilustraci—n para dejar en claro que la salvaci—n no se gana
por mŽritos o logros personales. DespuŽs de una hora, la mayor’a de las
personas aseguraran que te escucharon ense–ar, ÒSŽ bueno y Dios ser‡ bueno
contigoÓ. Solamente unos pocos, los elegidos, habr‡n escuchado lo que dijiste
en verdad.
Por lo
tanto, no te sientas culpable si alguno de tus estudiantes nunca entiende el
evangelio, a pesar de haber ense–ado claramente el Antiguo Testamento. Se
requiere de la revelaci—n del Esp’ritu Santo. El usar‡ tu esfuerzo, por muy
dŽbil que sea, para alcanzar a los elegidos.
É as’ ser‡ mi palabra que sale de mi
boca; no volver‡ a m’ vac’a, sino que har‡ lo que yo quiero, y ser‡ prosperada
en aquello para que la enviŽ.
Isa’as 55:11
Al final de este curso, habr‡s escrito un plan de clase para ense–ar en una Escuela Dominical. Ese plan incluir‡ algunos de los elementos ense–ados en esta gu’a de estudio. Luego de la primera lecci—n, la clase ser‡ dividida en grupos peque–os de tres o cinco estudiantes que trabajar‡n juntos para desarrollar un plan de clase.
Al final de cada lecci—n, el profesor permitir‡ 15 minutos para trabajar en ello. Al final de cada cap’tulo en el manual de estudiante, hay una breve explicaci—n de lo que debe realizarse en esta etapa del plan.
Al final del curso, cada grupo tendr‡ la oportunidad de presentar su plan de clase para que sea evaluada por los otros estudiantes en la clase. Se otorgar‡n tres puntos por cada una de las siguientes preguntas que se encuentre incluida en el plan.
á
ÀHab’a un gancho para ganarse
la atenci—n?
á ÀEl tema de la lecci—n fue expresado en una
sola oraci—n?
á ÀEstaba claro c—mo los
estudiantes se beneficiar’an de la lecci—n?
á ÀUtiliz— la lecci—n las
Escrituras para probar su ense–anza?
á ÀFue el Evangelio
presentado de forma clara y breve?
á ÀHubo una revisi—n de
la lecci—n?
á ÀEstaba clara la
aplicaci—n?
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Primera etapa: Ponerse de acuerdo en la edad del grupo y el tema de la clase de Escuela Dominical para la cual realizar‡n la lecci—n. Decidan un buen gancho para iniciar la lecci—n.
Segunda etapa: Escriban la promesa. Explica en una o dos oraciones cortas como la lecci—n beneficiar‡ a los estudiantes. Escojan los pasajes de la Escritura que usar‡n durante la ense–anza.
Tercera etapa: Usar las Escrituras para probar el punto central de la lecci—n. Incluyan al menos dos diferentes mŽtodos interactivos, un ejemplo de cada uno. Para este ejercicio, necesitan escribir dos o tres ejemplos simples de tŽcnicas interactivas de ense–anza basadas en su texto b’blico para ense–ar el punto central. En la vida real esta es la parte m‡s larga de la lecci—n y debe incorporar una variedad de mŽtodos interactivos y subt’tulos.
Cuarta etapa: Decidan como realizar‡n la revisi—n de la lecci—n. Pueden usar cualquiera de los mŽtodos sugeridos en la lecci—n, como por ejemplo un peque–o examen o una lista de puntos ÒDe esta lecci—n aprendemosÉÓ O, pueden incorporar la revisi—n y aplicaci—n en uno solo, dependiendo lo que se adapte mejor a su lecci—n.
1. ___F__ La meta final de ense–ar a ni–os en la escuela dominical es asegurarnos de que entiendan la diferencia entre lo bueno y lo malo.
2. ___F__ Un maestro que no tiene el don puede es tan efectivo como uno que lo tiene si es que usa un buen mŽtodo de ense–anza.
3.
___V__ Siempre verifica que los
estudiantes hayan entendido el material.
4. ___V__ Los niveles de retenci—n incrementan a medida que los estudiantes participan interactivamente en el proceso de aprendizaje en lugar de œnicamente escuchar la lecci—n.
5. ___V__ Se debe ense–ar a los cristianos la disciplina de aplicar a si mismos los medios de gracia como ser la palabra de Dios y la oraci—n.
6. ___F__ La mayor’a de las personas entiende el evangelio de gracia a la primera segunda vez que se les explica claramente.
7. ___F__ El ap—stol Pablo recomienda estudiar las palabras y genealog’as del Antiguo Testamento y para darle un trasfondo al discipulado en el Nuevo Testamento.
8. ___F__ Al ense–ar a nuevos convertidos, usualmente es necesario probar la autoridad de las escrituras en la primera lecci—n.
9. ___V__ Una de las preocupaciones principales de los nuevos convertidos es entender su experiencia de conversi—n.
10. ___V__ Se debe ense–ar r‡pidamente a los nuevos convertidos a alimentarse espiritualmente.
11.___F__ Es bueno recomendar a los nuevos convertidos que lean su Biblia completa empezando por Genesis.
12. ___V__ Usar un ÒganchoÓ, una historia interesante o ilustraci—n es una buena forma de empezar una lecci—n.
13. ___F__ Cuando prepares una lecci—n, piensa en toda la clase y prepara la lecci—n para el estudiante m‡s dŽbil.
14. ___V__ Los mŽtodos de ense–anza interactivos ayudan a los estudiantes a aprender a pensar en lugar de memorizar informaci—n.
15. ___F__ Los niveles de retenci—n son mayores con el mŽtodo tradicional de ense–anza por conferenciar solamente.
16. ___F__ Las lecciones que contienen mŽtodos interactivos son m‡s f‡ciles de preparar para los maestros.
17. ___V__ Los ejercicios grupales proveen al maestro una oportunidad de observar a sus estudiantes
18. ___V__ Al ense–ar apologŽtica en la escuela dominical, es una buena idea usar la apologŽtica que la biblia usa.