Visi—n en el liderazgo cristiano

 

por

Roger Smalling, D.Min

www.espanol.visionreal.info

 

 

 

Una Çvisi—nÈ involucra dos aspectos:

á      Un sue–o alcanzable

á      Un plan realizable

 

Esto significa una meta de gran valor, dif’cil de realizar, que requiere una inversi—n personal y de tiempo, a largo plazo. 

 

Ambos aspectos deben existir para que exista una visi—n. Un plan sin un sue–o carece del ’mpetu para atraer los l’deres necesarios para hacerlo funcionar. Sin un plan, un sue–o es meramente visionario y nunca aterrizar‡.

 

La Reforma Protestante fue el resultado de la visi—n de varios hombres como Lutero, Calvino y Knox. Fue una meta de valor inmenso, que cost— muchas vidas por m‡s de tres generaciones. La libertad religiosa y la prosperidad que muchos pa’ses disfrutan hoy es el resultado directo de esa visi—n.

 

La revoluci—n latinoamericana bajo Sim—n Bol’var fue el resultado de una visi—n. Bol’var so–— en la liberaci—n de todo un continente. Fue costoso y requiri— de una inversi—n de recursos de por vida, pero la liberaci—n de un continente val’a la pena.

 

Una visi—n no necesita ser tan ambiciosa como los ejemplos mencionados arriba. Cada iglesia u organizaci—n cristiana exitosa fue comenzada por una persona que tuvo la visi—n de que esto pasar’a.

Sin un plan, una visi—n es meramente vision‡ria             

Escuchar a un visionario puede ser entretenido pero tambiŽn lo son las pel’culas.

 

Elocuencia no es igual a visi—n. Ciertas personas inteligentes y articuladas hablan elocuentemente sobre lo que se necesita hacer. Parecen m‡s adeptos a analizar las deficiencias de otros que a crear planes realizables. Aunque estas personas parecen eruditas y hablan con mucha confianza, uno nunca logra agarrar exactamente lo que est‡n diciendo. Es como captar humo. Los pol’ticos son con frecuencia as’. Estos son visionarios en el mejor de los casos y l’deres de ningœn modo...solo charlatanes que deben ser pasados por alto.

Un sue–o y un plan no son completamente suficientes

Algunos pueden tener un sue–o y un plan y no ser l’deres. Un tercer elemento debe entrar; la capacidad de mando personal y el compromiso para implementar la visi—n. Sin esto, todos ellos solamente est‡n tratando de persuadir a otros a hacer el trabajo. Un sue–o y un plan sin capacidad de mando es como un carro deportivo con un conductor que no arranque el motor.

Elementos de una visi—n razonable

Simplicidad

Usted debe ser capaz de explicar su visi—n en pocos segundos. De lo contrario, es muy compleja. La gente necesita comprenderla para apoyarla. su literatura promocional debe proyectar la visi—n en la primera l’nea o m‡ximo en las dos primeras.

 

Un eslogan o un acr—stico ayudan. Si usted puede producir un eslogan, este ayudar‡ a la gente a agarrar la idea[1].

Dif’cil pero no imposible

Si fuera f‡cil, alguien ya lo habr’a hecho. Si la meta es realizable y deseable, pero no ha sido hecha es porque nadie cree que sea posible o porque nadie tiene la capacidad de mando para intentarlo.

 

Para alcanzar una visi—n, la persona debe distinguir entre imposible y dif’cil. La habilidad para tomar lo que otros ven como imposible y elaborar un plan para hacerlo, es la diferencia entre un obrero cristiano y un l’der cristiano.

Caracter’sticas de una buena visi—n

Debe beneficiar el reino de Dios, no su propia autoestima

ÀC—mo su visi—n beneficia el reino de Dios y produce gente santa? Recuerde, la meta de Dios es crear un pueblo santo para su reino y glorificar su nombre de esta forma. Todo lo que hacemos debe calzar en esta meta o nuestra idea no viene de Dios. Algunos han construido sus propios imperios como monumentos a ellos mismos, en nombre del reino de Dios.

 

Otros tienen una fuerte necesidad psicol—gica de afirmar su propia val’a. Cuidado con tus motivaciones.

Debe estar fundamentada en un llamado personal de Dios

Solo porque es una buena idea no necesariamente significa que Dios est‡ llam‡ndote para que la ejecuta. David tuvo la grandiosa idea de construir un templo para honrar a Dios. Nat‡n, el profeta, le inform— que Dios estaba feliz con la idea, pero que era Salom—n quien ser’a llamado para hacerlo.

Conclusi—n

Aunque la Biblia ense–a solamente una filosof’a de liderazgo cristiano, los estilos de liderazgo pueden diferir, dependiendo de los temperamentos y de las circunstancias. Unos son pioneros, otros gerentes, y algunos son personas de mantenimiento.

Un l’der est‡ parcialmente caracterizado por tener la visi—n inicial. Una visi—n es un sue–o realizable.

De esta lecci—n aprendemos

á      Algunos l’deres son pioneros, otros gerentes, y otros gente de mantenimiento.

 

á      Una visi—n es un sue–o asequible de gran valor perdurable, dif’cil de lograr y que requiere un gran desembolso de recursos.

 

á      Una visi—n debe estar acompa–ada de un plan o ser‡ simplemente un sue–o visionario que no conduce a ninguna parte.

 

á      La visi—n debe ser lo suficientemente simple para que las personas la entiendan y se involucren en ella.

 

á      La visi—n viene normalmente por de un caminar personal con Dios, como cualquier otro llamado.

 

á      Una visi—n genuina debe ser para el progreso del Reino de Dios para su gloria, no meramente para nuestra propia satisfacci—n personal.

 

Este ensayo es tomado del libro Liderazgo Cristiano

impreso, Kindle y PDF

 

 

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Otras obras por Dr. Smalling

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[1]. Mi intenci—n fue que Visi—n R.E.A.L sea un ejemplo de esto. Acr—nimos como Reforma En AmŽrica Latina pegan en la mente.