por
Roger Smalling,
D.Min
... alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sep‡is cu‡l es la esperanza a que Žl os ha llamado. Efesios 1:18
El hombre ca’do est‡
muerto en el pecado, se encuentra a gusto en su condici—n y se resiste ante
cualquier esfuerzo para cambiarlo. Su enga–o es tan profundo que puede aœn
imaginarse que Dios est‡ contento con Žl.
Al mismo tiempo,
vimos la oferta universal de Dios de misericordia por sus mandatos para
arrepentirnos. Cristo orden— que el evangelio sea predicado a todas las
naciones sin limitaci—n de raza, estatus social o condici—n econ—mica. Su
bondadosa invitaci—n aœn permanece:
Venid a m’ todos los que est‡is trabajados y cargados, y yo os harŽ descansar. Mateo 11:28.
TambiŽn vimos la
naturaleza soberana de la gracia. La fe salvadora es un producto de esta
gracia. Un milagro sucede en una persona que se convierte.
Para comenzar el
estudio del milagro de la conversi—n, miremos Romanos 8:30,
Y a los que predestin—, a estos tambiŽn llam—; y a los que llam—, a estos tambiŽn justific—; y a los que justific—, a estos tambiŽn glorific—.
Cuando notamos la
posici—n de la palabra llam—, las
siguientes verdades se destacan:
1. El llamado se basa
en la predestinaci—n. Es diferente del llamado general al arrepentimiento
puesto que este llamado es para los predestinados, no para todos.
2. Este llamado invariablemente
resulta en justificaci—n, la que a su vez nos lleva al cielo, glorificados.
3. Este llamado es
irresistible y eficaz. De otra manera, solamente algunos de los justificados
ser’an glorificados.
4. La fe est‡ incluida
en este llamado porque la fe es necesaria para la justificaci—n.
5. Este llamado est‡
involucrado con una transformaci—n interna del pecador, que hace la fe posible.
6. Dios solo es la
causa: ... Žl predestin— ... Žl llam— ...
Žl justific— ... Žl glorific—.
7. Este llamado es una
gracia especial de Dios, diferente de su benevolencia general hacia la humanidad
como un todo.
Podemos definir este
llamado como un acto soberano de Dios por el cual Žlsalva a los elegidos.
Para identificar
esta doctrina, los te—logos usan diferentes nombres: Gracia irresistible, gracia
especial, o muy a menudo, llamado eficaz.[1]
Por motivo de
brevedad, en este ensayo usaremos el tŽrmino llamado , puesto que este es el m‡s comœnmente usado en el Nuevo
Testamento para describir la idea.
No obstante, algunas
veces se usa una palabra diferente. El ap—stol Juan usaba la palabra atraer para expresar el mismo concepto
en Juan 6:44,65—
Ninguno puede venir a m’, si el Padre que me envi— no le trajere; y yo le resucitarŽ en el d’a postrero. (65) Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a m’, si no le fuere dado del Padre.
1. Nadie puede generar
fe salvadora fuera de su voluntad aut—noma. (Venir a Cristo significa creer en Žl).
2. El Padre produce fe
salvadora por medio de un acto llamado atraer.
Esta atracci—n es llamada un regalo en
el vers’culo sesenta y cinco. Por tanto, no es una recompensa por algo que el
hombre realiza.
3.
El resultado infalible de esta atracci—n es la
salvaci—n. Esto es claro de la frase ... Yo le resucitarŽ en el d’a postrero[2].
4. Nadie puede resistir
con Žxito esta atracci—n porque todos los que as’ son atra’dos ser‡n salvos.
5. Conclusi—n: Esta atracci—n es una obra soberana de Dios y
resulta en una salvaci—n infalible.
No. El Esp’ritu
Santo cambia la naturaleza interna del pecador iluminando su mente, de tal
forma que el pecador percibe el pecado como algo horrible, y a Cristo como algo
tan deseable que nada podr’a impedir que esa persona venga libre y
voluntariamente a ƒl. De ninguna manera es esto una imposici—n en la voluntad
del hombre o una violaci—n de su libertad.
Cristo orden— que el
evangelio sea predicado a todas las naciones, (Mateo 28:19. Los ap—stoles
predicaron a jud’os y gentiles por igual. Pablo fue por todas partes É testificando a jud’os y a gentiles acerca
del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Se–or Jesucristo.
Es claro del Nuevo Testamento que el evangelio es para todos. Entonces, Àc—mo
podemos encajar esto con los textos que nos hablan de la obra salvadora de Dios
para algunos solamente?
Muchos suponen que
la diferencia se debe a que algunos decidieron creer mientras que otros no.
Puesto que la fe salvadora en s’ misma es una obra de gracia, esta suposici—n
involucrar’a un razonamiento circular.
Los te—logos llaman
la oferta divina de salvaci—n, el llamado
universal o externo porque todos
escuchan el mismo mensaje. La oferta de misericordia es v‡lida para todos y
cada uno es responsable por la forma como responde.
En algunos, Dios
obra de tal forma que el mensaje penetra m‡s all‡ de los o’dos, y lo usa para
salvarlos. As’, nosotros tenemos dos ÇllamadosÈ en un solo mensaje: Un llamado
a todos y un llamado a algunos. Los te—logos distinguen estas dos operaciones
con los nombres de llamado universal versus
llamado eficaz, gracia general versus gracia
especial o llamado externo versus
llamado interno.
Un estudio del
tŽrmino llamado a travŽs de todo el
Nuevo Testamento revela una asociaci—n cercana entre la elecci—n y la
predestinaci—n:
... para que el prop—sito de Dios conforme a la elecci—n permaneciese, no por las obras sino por el que llama. Romanos 9:11
Pablo, hablando acerca de Jacob y Esaœ,
muestra la lo irresisstible de este llamado asoci‡ndolo con el prop—sito divino
en la elecci—n.
La conexi—n entre el
llamado y la elecci—n ilustra la interacci—n entre la soberan’a y los medios.
El prop—sito de Dios en la eternidad fue salvar a sus elegidos. ƒl hace esto a
travŽs de una acci—n divina que la Biblia denomina, llamado. La doctrina de la gracia
irresistible o llamado eficaz
pertenece m‡s bien a la categor’a de los decretos soberanos inmutables de Dios,
que a su voluntad de mandamientos.
Curiosamente, con
respecto al llamado universal, lo
inverso es verdad. Dios permite que los no elegidos resistan su oferta de
misericordia si ellos as’ lo quieren y ellos siempre lo quieren as’.
Pablo conecta los
prop—sitos eternos de Dios con la gracia y el llamado en 2Timoteo 1:9:
... quien nos salv— y llam— con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino segœn el prop—sito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesœs antes de los tiempos de los siglos.
Uno de los pasajes
m‡s claros sobre la relaci—n entre la elecci—n y el llamado eficaz est‡ en
1Corintios 1:22-29. (El texto es muy largo para escribirlo, as’ que el
estudiante deber‡ leerlo en la Biblia).
Este texto menciona tres
clases de personas: Los jud’os, los gentiles y un tercer grupo, los jud’os y
los griegos juntos, denominado los
llamados[3].
El primer grupo, los
jud’os, rechazan a Cristo porque quieren comprobar el evangelio con milagros.
La palabra de Dios no es suficiente para ellos. El segundo grupo, los griegos,
rechazan a Cristo porque Žlno encaja en sus sistemas filos—ficos. La sabidur’a
de Dios les basta para ellos.
Porque los jud’os piden se–ales, y los griegos buscan sabidur’a. Vers’culo 22
El tercer grupo est‡
formado por individuos sacados de los dos grupos anteriores a pesar de su
rechazo inicial de Cristo. Estos son a quienes Dios ha llamado porque Žllos escogi—.
Pues, mirad, hermanos, vuestra vocaci—n, que no sois
muchos sabios segœn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino
que lo necio del mundo escogi— Dios, para avergonzar a los sabios; y lo dŽbil
del mundo escogi— Dios, para avergonzar a lo fuerte 1Corintios
1:26,27[4].
Pablo predic— a
ambos grupos. Cada uno respondi— de acuerdo a sus preferencias culturales y
percepciones pecaminosas. Esto es el llamado
universal. Los que respondieron, lo hicieron as’ porque ellos fueron escogidos
para eso. Dios ignor— sus preferencias y percepciones y los atrajo de todas
formas. Este es el llamado eficaz.
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Romanos 11:28,29.
Cuando Pablo usa el
tŽrmino irrevocable en el vers’culo veintinueve,
tambiŽn coloca al llamado eficaz en la categor’a de los prop—sitos inmutables.
Por tanto, este llamado depende de la voluntad soberana de Dios y no de la
capacidad del hombre para responder.
As’ que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisi—n de las transgresiones que hab’a bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Hebreos 9:15
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que est‡n lejos; para cuantos el Se–or nuestro Dios llamare. Hechos 2:39
(Otros textos son: 1Tim 6:12; 2TŽs 2:13-14; Apoc 19:9)
La interconexi—n
complicada entre el llamado eficaz, el sacrificio de Cristo, su oficio
sacerdotal y las promesas del pacto valen el esfuerzo a estudiarla en detalle.
Esta interconexi—n demuestra tanto la naturaleza limitada del llamado como su
eficacia.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, esp’ritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Se–or Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual tambiŽn lo har‡ 1Tes 5:23.
Vea tambiŽn
Judas 1:1; 1Cor 1:8,9
La santificaci—n es
no solamente la voluntad de Dios por nosotros, es su promesa. La misma gracia
que nos santifica, tambiŽn nos preserva. El plan divino est‡ basada enteramente
el la fidelidad de Dios mas bien que la fidelidad nuestra. La fidelidad de Dios
a sus promesas p‡ctales garantiza nuestra perseverancia.
Ésino, como aquel que os llam— es santo, sed tambiŽn vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. 1Pedro 1:15
La santidad divina
es la caracter’stica de Dios mas frecuentemente mencionada en las escrituras.
Una llamada para venir a Žlincluye, por lo tanto, una llamada a la santidad.
Entender la
soberan’a de Dios elimina a la casualidad como una explicaci—n de la condici—n
del mundo. Nada es accidental. Aunque el mundo parece ca—tico, el cristiano
sabe que est‡ bajo el control de Dios. Esto le da confianza para su vida en
general.
En el evangelismo,
el creyente no necesita preocuparse de que alguien se pierda simplemente porque
Žl no testific— correctamente. Dios puede usar aun una simple palabra, hablada
pobremente, para traer a una persona a S’ mismo. Si una persona se salva por
medio de nuestro ministerio, nosotros no aceptamos el crŽdito. Si una persona
se pierde, no llevamos la culpa.
Esto libera al
creyente para evangelizar confiadamente. Sabemos que no podemos fracasar porque
la palabra de Dios siempre cumplir‡ su prop—sito, aunque solamente Dios conoce
cu‡l es.
Dios promete
completar nuestra santificaci—n. Es m‡s, Žlhace esto por los medios que nos ha
dado para que apliquemos: La palabra, la oraci—n y los ministerios de la
iglesia. Sin esta promesa, no tendr’amos la certeza de que estos medios ser’an
exitosos. Con esta promesa, sabemos que no podemos fracasar.
Las Doctrinas de la
Gracia resuelven supuestas dilemas de la Escritura. Vemos c—mo el hombre,
aunque enteramente esclavizado al pecado, es todav’a responsable por sus
acciones. Por la gracia, vemos c—mo es posible ser a aceptos por un Dios santo,
aunque imperfectos.
Comprender el
evangelio de la gracia le da al creyente la percepci—n que Dios tiene del
mundo, la œnica real. Esto permite al cristiano encarar la realidad con una
nueva confianza. En este sentido, podemos decir que los cristianos que perciben
el mundo por medio de la revelaci—n de Dios como soberano, son los œnicos
realistas en el mundo.
La gracia irresistible,
llamada por los te—logos el llamado
eficaz, es una obra soberana de Dios. ƒl atrae al elegido a si mismo por
medio de las escrituras. El Esp’ritu Santo lo cambia internamente,
capacit‡ndolo para percibir su necesidad de Cristo y le concede la capacidad de
creer en Cristo para ser salvo. Dios no viola su libertad o voluntad, sino que
obra de tal forma que la persona viene voluntariamente y libremente.
1. Dios usa el mismo
mensaje del evangelio tanto en el llamado universal como en el eficaz. El
primero es una oferta genuina de misericordia para toda la humanidad. El
segundo es una obra especial de gracia.
2. El llamado eficaz se
basa en la elecci—n y en la predestinaci—n.
3. El llamado es
irrevocable. Esto significa que es parte de la voluntad de prop—sitos eterna de
Dios, la que no puede ser frustrada por la voluntad humana.
4. Nuestra
santificaci—n y preservaci—n est‡n basadas en el llamado.
5. Este llamado es
tambiŽn un llamado a la santidad.
A muchos de los que disfrutaron de este ensayo,
tambiŽn les gust— nuestro libro
S’, Jesœs
Impreso, Kindle, PDF
Otras obras por Dr. Smalling se ven
a
http://espanol.visionreal.info/
[1]. Aqu’
la palabra irresistible significa Òno resistido con ŽxitoÓ. Todos nosotros
intentamos resistirnos ante la venida de Cristo, y simplemente no tenemos
Žxito, Ágracias a Dios!
[2]. Aun
cuando la Biblia ense–a que Dios resucitar‡ toda la humanidad, esto no es una
promesa desde el punto de vista de los pecadores. Para ellos, es una amenaza.
En el contexto, Jesœs claramente usa la idea de la resurrecci—n como un
sin—nimo paraÇsalvÈ.
[3]. Con frecuencia Pablo usa
la palabra griegos como sin—nimo de gentiles en general.
[4]. Es interesante que en el
griego original, la palabra para llamado y la palabra para escogido suenan
similares. Es f‡cil ver c—mo Pablo asoci— los dos conceptos. (La etimolog’a de
estas palabras parece ser distinta, no obstante).