El pensamiento creativo

por

Roger Smalling, D.Min

www.espanol.visionreal.info

 

En una conferencia de misiones en los Estados Unidos, los maestros de escuela dominical decidieron que todos los ni–os deben comprender lo que un misionero hace.

Unas maestras, sin embargo, objetaron. Ellos pensaban que los ni–os de cinco y seis a–os eran muy peque–os para comprender el concepto de las misiones.

Una de las maestras present— una idea. Ten’a una cortina de ba–o con un mapa del mundo impreso. Durante la conferencia, ellas llevaron la cortina de ba–o a la clase junto con latas de crema de afeitar. Colocaron algo de crema sobre las partes del mapa que representaban a los Estados Unidos y a otros pa’ses donde hab’an enviado misioneros.

Las maestras dijeron que la crema representaba el mensaje sobre Jesśs. Explicaron a los ni–os que aquellos eran los pa’ses donde el evangelio estaba siendo predicado. Entonces preguntaron a los ni–os por quŽ no hab’a crema de afeitar sobre los otros pa’ses. Ellos explicaron algo sobre la gente en ciertos pa’ses y que ellos no ten’an el evangelio. As’ que alguien deb’a llevarles el evangelio. ŔC—mo ?

Las maestras pidieron a los ni–os que se sacaran los zapatos, que pisaran sobre un mont—n de crema y que caminaran sobre los pa’ses en los que no hab’a nada de crema.

Al final de la conferencia, el pastor pregunt— a los ni–os de cinco a–os: ŔQuŽ es un misionero? Los ni–os peque–os contestaron: —Un misionero lleva el mensaje de Jesśs a lugares donde la gente no lo tiene.

Estas maestras resolvieron un problema que se consider— originalmente imposible porque una de ellas pensaba de forma creativa.

Una de las caracter’sticas principales que distingue a los l’deres genuinos de los meros gerentes es el pensamiento creativo. Esto explica el porquŽ algunos l’deres parecen contentos de mantener el estatus quo.

Definiciones y elementos

Podemos definir el pensamiento creativo como la habilidad para inventar ideas originales para cumplir metas.

La fuente del pensamiento creativo es nuestra imaginaci—n. Esta es una facultad de la mente dada por Dios, y que Žl espera que usemos. La direcci—n de Dios casi siempre viene a travŽs de la aplicaci—n de nuestras propias facultades mentales.

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ŔPor quŽ no somos mejores en pensar y liderar creativamente?

Pereza

Pensar es un trabajo duro. El pensamiento creativo es el m‡s dif’cil de todos. Pregśntele a un novelista. La mayor’a le dir‡ que solamente escriben tres o cuatro horas por d’a porque es muy cansador.

En un pastorada, es posible caer en la rutina, como en cualquier otro trabajo; la preparaci—n del serm—n, las visitas, etc. ŔPor quŽ no tomar una hora a la semana para buscar algunas ideas frescas?

Teolog’a equivocada acerca de la gu’a divina

Los cristianos algunas veces tienen conceptos err—neos sobre la manera en que funciona la mente. Ellos esperan que Dios les dŽ una revelaci—n divina, mientras que Dios espera que ellos usen las facultades mentales que Žl les ha dado. Resultado: Nadie hace nada y nada se consigue.

Me acuerdo una vez en Ecuador, mi compa–ero y yo quisimos evangelizar a algunos de los pueblos m‡s peque–os, cercanos a la ciudad. Rentamos una carpa grande para las reuniones y oramos pidiendo direcci—n para saber en quŽ lugar comenzar. Salimos a buscar varios posibles sitios para instalar la carpa, pero por un par de d’as no sentimos paz con respecto a algśn lugar en particular. Finalmente mi compa–ero dijo: —Sabes, la gran comisi—n dice que prediquemos a todo el mundo. Quiz‡s no importa d—nde instalemos la carpa. Estaremos evangelizando a las personas, no importa en quŽ pueblo comencemos.

Conclu’ que mi compa–ero ten’a la raz—n. As’ que cargamos la carpa, fuimos al pueblo m‡s cercano y tuvimos una campa–a evangelista excelente. Nosotros hab’amos estado esperando una gu’a divina especial que era innecesaria.

Represi—n de las facultades creativas

Un maestro de colegio puso un peque–o punto sobre la pizarra y pregunt— a la clase que pensaba que era. Todos los estudiantes estuvieron de acuerdo en que solo era un punto de tiza sobre la pizarra. El maestro replic—: —Hice el mismo ejercicio ayer con un grupo de ni–os peque–os. Uno pens— que era un huevo de insecto o quiz‡ un ojo de p‡jaro. Otro pens— que era la cabeza de un hombre calvo visto desde un avi—n.

ŔPor quŽ la diferencia? En los a–os entre el jard’n de infantes y el colegio, los estudiantes no estaban usando su imaginaci—n. ŔPor quŽ? Porque ellos estaban aprendiendo a ser Çespec’ficosČ acerca de las cosas, aprendiendo las Çrespuestas correctasČ y lo que es ÇrealistaČ.

Absorber hechos no es lo mismo que ejercitar la mente. En algunos pa’ses, el sistema de educaci—n se basa en la memorizaci—n. Los estudiantes escriben palabra por palabra lo que dice el profesor, luego lo copian a limpio en un cuaderno en casa. Se dice que esto es la Çeducaci—nČ, pero no lo es. Es lavado de cerebro.

Los cristianos pueden memorizar vers’culos, sin pensar en c—mo aplicarlos. Los l’deres cristianos, de igual forma, pueden tomar cursos sobre liderazgo, leer libros y mantenerse al tanto de las śltimas tŽcnicas de administraci—n. El peligro de esto es suponer que absorber datos acerca del liderazgo equivale a aprender c—mo liderar. En algśn punto, necesitamos pensar c—mo aplicar esto a nuestro contexto en forma efectiva.

La lluvia de ideas

En una reuni—n en una compa–’a de pinturas, los tŽcnicos estaban buscando nuevas ideas para quitar la pintura. Un hombre sugiri— humor’sticamente mezclar dinamita con la pintura. De esa forma, a–os m‡s tarde, ellos podr’an lanzar un f—sforo en la pared pintada y hacer volar la pintura.

Una vez que las risas terminaron, el grupo tom— esta rara idea y present— una soluci—n sorprendente: mezclar un qu’mico con la pintura, el que reaccionar’a posteriormente con la pintura si se pasaba sobre ella para disolverla. As’ es como se invento la quitapintura.

ŔHay alguna raz—n para que un grupo de l’deres cristianos no pueda usar la tŽcnica de lluvia de ideas? Un golpe de genialidad es algunas veces una tonter’a modificada. Saber esto nos ayuda a superar las inhibiciones en ser creativos.

A continuaci—n un ejemplo de pensamiento creativo en el campo misionero:

Daniel es un pensador creativo. Como misionero en Ecuador, vivi— en una comunidad de clase alta para alcanzarla para Cristo. Cualquiera que se convierta ser’a llevado a la nueva iglesia que Žl y los nacionales estaban construyendo cerca de all’. La iglesia de Daniel en los Estados Unidos quer’a participar en la visi—n enviando un equipo de trabajo por una semana para ayudar a construir el edificio de la iglesia.

El pensamiento creativo de Daniel not— algunos hechos:

Cada miembro del equipo hab’a contribuido a un fondo para pagar por su cuarto y comida. Daniel hab’a hecho amigos entre varios de sus vecinos. ŔPor quŽ no alojar el equipo con los vecinos? El contacto entre los vecinos y el equipo podr’a ser ventajoso para el evangelismo.

ŔLos resultados? El equipo se aloj— con las familias de esa comunidad de clase alta y lazos de amistad se formaron entre los trabajadores y las familias anfitrionas. Los visitantes americanos consiguieron una experiencia de primera mano en el campo misionero al estar en contacto directo con nacionales.

Daniel us— los fondos para ofrecer un banquete de agradecimiento a las familias anfitrionas. Las familias que asistieron al banquete vieron el edificio de la nueva iglesia y algunos vinieron a Cristo y ahora son miembros de esa iglesia.

Este es uno de los mejores ejemplos que yo he visto de un l’der que toma la m‡xima ventaja de los recursos limitados por el pensamiento creativo para generar una circunstancia beneficiadora para todos.

Conclusi—n

El pensamiento creativo acarrea usar nuestra imaginaci—n para inventar ideas originales para resolver problemas. En este proceso existen barreras. Los l’deres efectivos las superan.

De este ensayo aprendemos...

á      Dios desea que nosotros nos entreguemos al pensamiento creativo porque Dios nos dio la facultad de la imaginaci—n para hacerlo.

á      Existen numerosas barreras para el pensamiento creativo. Necesitamos estar conscientes de ellas.

á      La lluvia de ideas es una buena forma de practicar nuestras facultades creativas.

 

A muchos de los que disfrutaron de este ensayo,
tambiŽn les gust— nuestro libro
Liderazgo Cristiano

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