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Credo de Calcedonia (451)
Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común
consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo
Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también
perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y
alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la
Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas
las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas
las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días,
para nosotros,y por nuestra salvación, nacido de la virgen María,
de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor,
Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles,
incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción
de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada
la propiedad de cada naturaleza y con currentes en una Persona y una Sustancia,
no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito,
Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde
el principio lo han declarado con respecto a El, y como el Señor
Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres
que nos ha sido dado. AMEN
A muchos de los que disfrutaron de este ensayo, también les gustó nuestro libro Si, Jesús.
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